Sistemas Políticos y Electorales
Contemporáneos

Japón


Coordinador de la colección

Pedro Aguirre

Presentación

Introducción

I. Sistema político

1. Régimen constitucional

1.1. Antecedentes históricos

1.2. Desarrollo constitucional 

1.3. Ocupación militar y Constitución de 1947 

III. Sistema electoral

III. Sistema de partidos

1. Características fundamentales

2. Principales partidos políticos tradicionales 

2.1. Partido Liberal Democrático (pld)

2.2. Partido Social Demócrata (psd)

2.3. Partido Comunista del Japón (pcj)

2.4. Partido del Gobierno Limpio (Komeito)

2.5. Partido Democrático Social (pds)

3. Crisis política y nuevos partidos

3.1. La elección general de 1993 y sus secuelas

3.2. Las elecciones de 1996 y el fracaso del Partido Nueva Frontera

Anexo estadístico

Bibliografía


Presentación

Uno de los hechos sobresalientes del final del siglo xx es, sin duda, la preeminencia de la democracia sobre el autoritarismo. La extensión y el arraigo de los valores, las instituciones y las prácticas democráticas en el mundo de hoy constituyen, en efecto, un proceso global que, al parecer, se dirige hacia su consolidación. La derrota de los totalitarismos de derecha en la Segunda Guerra Mundial; las transiciones a la democracia en el sur de Europa, en América Latina y en el sudeste asiático a lo largo de los años setenta y los ochenta, y el derrumbe de los regímenes totalitarios de Europa del Este, conocidos como socialismo real, durante el segundo lustro de los ochenta, apuntalaron a las grandes democracias e impulsaron la emergencia de nuevas democracias, transformando de manera radical el mapa geopolítico mundial. Pero sobre todo, apoyado en la globalización de losmedios de comunicación, dicho proceso ha significado un profundo cambio en los valores y las percepciones de las sociedades contemporáneas en favor de los derechos y las libertades fundamentales de la persona, sustento y fin del constitucionalismo democrático.

El éxito de ese proceso de universalización de la democraciano implica, sin embargo, un triunfo definitivo sobre elautoritarismo, ni mucho menos que los retos actuales y los desafíos futuros de las democracias en particular hayan sido resueltos. Losriesgos de involución hacia formas autoritarias de gobierno, en especial en las democracias más recientes y frágiles; las dificultades para emprender o consolidar transicionesdemocráticas frente a los autoritarismos persistentes y los viejos o nuevos problemas institucionales de las democracias exigen cada día más imaginación y responsabilidad, más conocimientos y participación, más y mejor formación de ciudadanos libres y responsables. Exigen, en suma, una más amplia y sólida cultura democrática.

Es evidente que no hay mejor garantía para la consolidación de la democracia que la formación de una sociedad que conozca y aprecie sus valores, sus instituciones y sus prácticas y que, al mismo tiempo, a través de sus ciudadanas y ciudadanos, de sus diversas organizaciones, de sus partidos políticos y de su gobierno, participe efectivamente en el debate y en la formulación de propuestas frente a los asuntos de interés público propios de la vida democrática. Una sociedad, pues, comprometida con la democracia y su desarrollo.

En ese sentido, el objetivo de la colección Sistemas Políticos y Electorales Contemporáneos es contribuir a la divulgación dela cultura democrática en la sociedad mexicana, mediante el conocimiento de las democracias de nuestro tiempo. Con estacolección, el Instituto Federal Electoral busca poner al alcance del público en general, en especial de los jóvenes que cursan sus estudios de educación media superior y superior, la información y los elementos de análisis necesarios para el conocimiento de los sistemas políticos y electorales de las diversas democracias que existen en el mundo, su diseño constitucional y su forma de gobierno, los principios y los procedimientos que rigen sus elecciones, ysu sistema de partidos.

Con ese fin, la colección ha sido diseñada de tal modo que permita un estudio comparativo de los sistemas políticos y electorales considerados. Para ello, cada una de las monografías tiene la misma estructura: a manera de introducción se presenta un marco conceptual básico para facilitar la comprensión de las nociones de sistema político, sistema electoral y sistema de partidos, que son, a su vez, temas tratados en capítulos aparte. Igualmente, las monografías contienen un anexo estadístico con datos generales de los países, los resultados electorales y la composición de los órganos de representación popular, así como una cronología electoral del país de que se trate.

Instituto Federal Electoral


Introducción

Para el estudio de los sistemas políticos y electorales contemporáneos se requiere del conocimiento previo de su definición como conceptos y de una explicación sobre su significado. En términos generales se puede decir que el fenómeno político y, en particular, su manifestación en cada comunidad constituye un proceso complejo mediante el cual se toman las decisiones imperativas que la rigen. Pero, ¿cuáles son los elementos que intervienen en ese proceso?; ¿qué relación tienen entre sí?; ¿quiénes toman esas decisiones y con qué atribuciones?; ¿cómo se toman las decisiones imperativas?; ¿qué efectos producen y sobre quiénes? Éstas son, entre otras, las cuestiones que corresponden al estudio de los sistemas políticos y electorales, y en cada caso su respuesta explica o trata de explicar la manera en la que una comunidad específica las ha resuelto o busca resolverlas.

La noción de sistema político se refiere al conjunto de instituciones, organizaciones y procesospolíticosque,caracterizadospor un cierto grado de interdependencia, rigen yconforman la vida política de una determinada comunidad. En este sentido, el estudio sistémico del fenómeno político en cualquier agrupación supone, entre otras exigencias metodológicas, determinar el ámbito del sistema, es decir, señalar sus límites, y comprender los elementos o las partes que lo integran así como las relaciones recíprocas que guardan entre sí. En otras palabras, determinar si los confines del sistema se identifican, por ejemplo, con los del Estado-nación, que es el caso de nuestro tiempo; o si los elementos que lo integran, también como ejemplo, son una Constitución escrita, un Parlamento y partidos políticos.

Para saber cuál es el sistema político de un país se debe considerar si éste tiene un orden constitucional que garantice derechos y libertades a las personas o si se trata de un régimen autoritario; si siendo un Estado constitucional de derecho su forma de gobierno es presidencial o parlamentaria; si sus procedimientos electorales responden al principio de elección por mayoría o al principio de elección proporcional; si existen pocos o muchos partidos y cuál es la fuerza o la representatividad de cada uno de ellos, entre otros rasgos característicos. Si se responden estas cuestiones, aunque sea en forma básica, se puede decir que se conocen los elementos que conforman un determinadosistema político y las relaciones que dichos elementos guardan entre sí.

A partir del sistema político, y conforme a la metodología sistémica, los sistemas electorales y de partidos pueden ser considerados como subsistemas del primero. Esto significa que si bien su estudio puede tener mayor o menor grado de autonomía, ésta no es total en la medida en que sus relaciones con el conjunto del sistema político _con los principios constitucionales fundamentales o con la forma de gobierno, por ejemplo_ suponen la existencia de factores externos al subsistema que producen distintos efectos sobre ellos. No obstante esa consideración, es evidente que los sistemas electorales y de partidos constituyen en sí mismos un objeto de estudio.
La noción de sistema electoral tiene dos acepciones: en sentido amplio, como sinónimo de derecho electoral o régimen electoral, es decir, el conjunto de normas, instituciones y procedimientos que regulan la organización de las elecciones, la integración de los órganos de representación popular y, generalmente, a los partidos políticos; y en sentido estricto, como los principios y los métodos utilizados para convertir los votos en escaños, es decir, como el procedimiento técnico de la elección por medio del cual la voluntad de los ciudadanos manifestada en las urnas se traduce en representación política en un Parlamento.

Por su parte, la noción de sistema de partidos se refiere a la forma en la que las organizaciones partidistas interactúan entre sí o, en su caso, a la forma en la que un solo partido actúa dentro de un régimen representativo. En este sentido, se puede hablar de un sistema de partidos competitivo, de un sistema de partido hegemónico, o de un sistema bipartidista o multipartidista, por citar las características más relevantes.

Como se ha señalado, la colección Sistemas Políticos y Electorales Contemporáneos se ocupará de las democracias de nuestro tiempo y, por lo tanto, hará referencia a países organizadosbajo un régimen constitucional democrático. ¿Qué significa esto?; ¿qué es el constitucionalismo?; ¿qué formas de gobierno han sido adoptadas dentro del constitucionalismo?; ¿cuáles son los distintos principios electorales para la integración de los órganos de representación popular en las democracias representativas?

Con el propósito de ofrecer los elementos necesarios para la mejor comprensión de cada uno de los sistemas políticos y electorales incluidos en este esfuerzo editorial, a continuación se tratará de dar respuesta en forma breve y sencilla a estos cuestionamientos a través de una serie de definiciones básicas.
El constitucionalismo es el producto político y jurídico del triunfo del pensamiento liberal frente al absolutismo y los autoritarismos. En ese sentido, el constitucionalismo tiene como razón de ser y como fin la limitación del poder público y la garantía de los derechos fundamentales de las personas, a través de la subordinación del poder a la ley. De allí que sus principios más importantes sean la división del poder político, para crear un sistema de controles y contrapesos entre los distintos órganos del Estado, y el control sobre la constitucionalidad de los actos de la autoridad, para garantizar los derechos fundamentales, establecidos en la Constitución, delas personas frente al poder público.

El constitucionalismo democrático es, en consecuencia, un régimen político y jurídico en el que, además de establecer límites al poder público y garantías para los derechos de las personas, los órganos de gobierno deben ser populares, es decir, deben expresar el principio de gobierno del pueblo conforme al significado etimológico de la democracia. Ahora bien, en la medida en que las sociedades modernas, por su dimensión y complejidad, no permiten el ideal clásico del gobierno directo del pueblo, la democracia moderna ha sido representativa, es decir, gobierno del pueblo a través de sus representantes, cuestión que veremos en seguida. Pero, en síntesis, el constitucionalismo democrático puede definirse hoy como un sistema político con división de poderes, garantías individuales y órganos de gobierno de representación popular.

Ahora bien, un régimen constitucional democrático puede adoptar distintas formas o sistemas de gobierno. Los dos másimportantes son el presidencial y el parlamentario, y si bien dentro de ellos existen diversas modalidades e incluso un sistemahíbrido o mixto que toma elementos de ambos _es el caso del semipresidencialismo francés_, lo cierto es que cada uno tiene elementos característicos, los cuales se pueden resumir en los siguientes términos.

En un sistema presidencial:

• El presidente es, a la vez, jefe de Estado y jefe degobierno.

• La elección del presidente es directa o semidirecta (es el caso de Estados Unidos).

• El jefe de gobierno y su gabinete no son designados o removidos por el órgano parlamentario sino por el propio presidente.

• Los poderes Ejecutivo y Legislativo están claramente separados.

En un sistema parlamentario:

• El jefe de Estado y el jefe de gobierno son personas distintas (en las monarquías parlamentarias, como Gran Bretaña, el rey es el jefe de Estado).

• Los miembros del Parlamento son elegidos por el voto popular.

• El jefe de gobierno y el gabinete son designados y pueden ser removidos por el Parlamento.

• Los poderes Ejecutivo y Legislativo no están separados; por el contrario, se comparten.

En los dos sistemas hay un proceso de elección popular para la integración de los poderes públicos. Dicha elección se realiza y se convierte en representación política mediante un sistema electoral; cabe recordar, en este punto, que la nociónde sistemaelectoral, en sentido estricto, se refiere a los principios y a losmétodos utilizados para convertir los votos en escaños, es decir, para traducir la voluntad ciudadana en representación política. Existen dos grandes sistemas electorales, el de mayoría y el proporcional, cada uno de ellos con diversas modalidades y fórmulas de asignación de escaños, así como un sistema mixto que combina los principios de ambos. En términos generales, dichos sistemas se pueden describir de la siguiente manera.

En los sistemas de mayoría:

• Se busca formar una mayoría en los órganos de representación popular que garantice estabilidad y gobernabilidad, aun a riesgo de fomentar sobre o subrepresentación en el Parlamento; por ejemplo, que un partido político obtenga un porcentaje de escaños o curules sensiblemente mayor o menor al porcentaje de la votación que haya obtenido. En este caso se privilegia la gobernabilidad sobre la representatividad.

• El ganador de la elección en el ámbito territorial-poblacional donde se realice la elección se queda con toda la representación, es decir, gana todo; por ejemplo, en un distrito electoral se elige a un solo diputado.

• Los partidos presentan candidatos individuales y el elector sólo tiene una opción.

En los sistemas proporcionales:

• Se busca que los órganos de representación popular sean lo más representativos posible de la voluntad ciudadana, es decir, de los porcentajes de votación obtenidos por cada partido, aun a riesgo de generar una fragmentación en la composición del Parlamento que dificulte la estabilidad y la gobernabilidad; por ejemplo, que un Parlamento, al reflejar con exactitud los porcentajes de la votación obtenidos por los distintos partidos políticos, se fragmente de tal modo que la formación de una mayoría que legisle o integre el gobierno (en el caso de un sistema parlamentario) resulte imposible; en este caso se privilegia la representatividad sobre la gobernabilidad.

• Se elige a dos o más representantes en el ámbito territorial-poblacional en el que se realice la elección y, por lo tanto, el triunfo es compartido según los porcentajes de la votación; por ejemplo, de una circunscripción electoral pueden surgir diez diputados.

• Las candidaturas de los partidos no son individuales sino que se presentan en listas.

Antes de concluir es importante señalar que el caráctergeneral de los contenidos de esta introducción sirve, como se apuntó,para ofrecer los elementos básicos que permitan una mejor comprensión de los sistemas políticos y electorales específicos que constituyen el objeto de la colección. En cada caso se tratarán en detalle las características y las modalidades de los distintos países considerados.


I. Sistema político

1. Régimen constitucional

1.1. Antecedentes históricos

La vida constitucional japonesa inició en el año de 1868 cuando, después de la forzada apertura a Occidente, fue reinstaurada en el poder la dinastía Meiji. Los nuevos gobernantes estaban convencidos de la necesidad de modernizar a Japón, por lo que iniciaron un programa de profundas reformas económicas, sociales, políticas y militares. Se trataba de colocar al país en el primer plano internacional. La revolución iniciada en la era Meiji teníaun perfil fundamentalmente nacionalista y estaba encaminada a hacer de Japón una potencia que pudiera rivalizar económica y militarmente con Estados Unidos y Europa. De ninguna manera se pretendía efectuar una reforma a las estructuras culturales y religiosas japonesas ni de transformar las tradiciones y costumbres de la nación. La fórmula japonesa se ha caracterizado, desde entonces, por la imitación de los modelos de desarrollo económico y de administración pública occidentales, pero ha conservado, casi intactos, los milenarios perfiles culturales nacionales.

Para cumplir con sus objetivos, los dirigentes del periodo Meiji desarticularon en pocos años el sistema feudal japonés y lo sustituyeron por un mecanismo de administración burocrático centralizado, en el cual los ascensos serían determinados más por el mérito personal que por el linaje social. La educación, la impartición de justicia y las prácticas comerciales fueron modernizadas de acuerdo con las pautas occidentales en boga. Se abolió el rígido sistema social de castas, se propició un intenso desarrollo industrial bajo la tutela del Estado, y se organizó unejército y una armada modernas y eficientes, con base en la conscripción universal de tropas que serían entrenadas por oficiales profesionales, con lo cual pasaba definitivamente a la historia la institución medieval de los samurais.

En lo político, se estableció un gobierno que dio lugar, por primera vez en la historia japonesa, a una administración central compuesta por ministerios dirigidos por una burocracia profesional. La Carta del Juramento de 1868 fue la base del nuevo sistema. Aunque el documento seguía reconociendo el carácter cuasi divino del emperador (indiscutible jefe de Estado) y se caracterizaba por su vaguedad y por su susceptibilidad a recibir las más diversas interpretaciones, constituyó el primer convenio legal mediante el cual la clase gobernante se comprometía a basar su gobierno "en una amplia consulta", a garantizar que los individuos serían libres de perseguir sus realizaciones personales, a procurar que los intereses nacionales se antepusieran a los particulares y a que las "costumbres del pasado" fueran sustituidas por las prácticas modernas llegadas de Occidente. De esta manera, si bien no se instituyó una democracia de tipo occidental, sí se dieron los primeros pasos para terminar con el absolutismo monárquico y feudalista que había imperado por siglos en el país.

Las reformas del periodo Meiji pronto empezaron a dar resultados espectaculares. El país se industrializó y se convirtió enuna potencia militar. Al mismo tiempo, la aparición de nuevasclases sociales, producto de las profundas modificaciones efectuadasen la economía, el comercio y la administración pública, dio lugar a que se extendieran las demandas de una mayor apertura política. La oligarquía gobernante pronto se dio cuenta que debía efectuar cambios sustantivos al sistema político para hacer que éste separeciese más a los gobiernos constitucionales de Occidente. Aliniciar ladécada de los ochenta del siglo xix surgieron los primerosclubes y asociaciones (germen de los partidos políticos), que demandaban la redacción de una constitución decorte liberal que ampliara las libertades cívicas e instaurara un Parlamento electo ante el cual las autoridades gubernamentales fueran responsables.


1.2. Desarrollo constitucional

Después de haber rechazado varios proyectos, por fin el grupo gobernante promulgó la Constitución en 1889, con la que se pretendía, sobre todo, representar una combinación entre los mecanismos políticos formales de inspiración occidental con las ideas tradicionales japonesas, aunque la soberanía seguiría residiendo en el emperador, auténtica encarnación del Estado. La estructura gubernamental mantuvo su carácter altamente burocrático y centralizado. Fueron creados varios órganos gubernamentales importantes, ajenos al control del gabinete y de la Dieta o Parlamento, que respondían únicamente a las órdenes del emperador: el Consejo Privado, el Ministerio Imperial de Administración y los altos mandos del ejército y la marina. La existencia de una dirección militar y naval completamente independiente del gobierno y del Parlamento permitió, con el correr de los años, elfortalecimiento de la influencia de las fuerzas armadas, que se convirtieron en un importante factor de poder capaz de remover gobiernos e imponer sus criterios. La presencia de un ejércitopolíticamente poderoso vigorizó la vocación militarista japonesa.

La Constitución de 1889 estableció un Parlamento bicameral: la Dieta. La Cámara de Representantes de la Dieta (Cámara baja) era el primer órgano legislativo en la historia de Japón cuyos miembros fueron electos directamente por losciudadanos.Sin embargo, estabalejos de contar con las prerrogativas que a la sazón gozaban los parlamentos de Europa occidental o el Congreso estadounidense. La Cámara de Representantes tenía importantes restricciones, lo que aseguraba la continuidad del dominio de la oligarquía. El gobierno seguía siendo responsable exclusivamente ante el emperador. El periodo anual de sesiones de la nueva Dieta era considerablemente corto y la Cámara no tenía facultades para intervenir en un buen número de las actividades del gobierno. Los diputados, que no tenían derecho de iniciativalegislativa, se limitaban a obstruir, eventualmente, las leyes puestas a su consideración por el gobierno. Sólo 1% de la población, aproximadamente, estaba habilitada para participar en los comicios para elegir al nuevo Parlamento. Además, se creó una Cámara alta (Cámara de los Pares), de origen netamente aristocrático, que tenía un peso político idéntico al de la Cámara de Representantes.

El propósito fundamental de la Dieta era ser una "Cámara de debates", donde los representantes populares podrían discutir acerca de las grandes decisiones gubernamentales. En estesentido se puede afirmar que contribuyó a la modernización política del país al impulsar el desarrollo de un sistema de partidos y al dotar a la política japonesa de un Parlamento que, con el paso deltiempo,se volvió cada vez más activo a pesar de las limitaciones ya citadas.

Por otra parte, Japón seguía consolidándose como una de las principales potencias del mundo. Durante los primeros años del siglo xx, el "Imperio del Sol Naciente" experimentó eldesarrollo económico más impresionante del mundo industrializado. Asimismo, su comercio exterior y su productividad agrícola evolucionaron con mucha rapidez. El desarrollo industrial revolucionó en unas cuantas décadas el panorama social, lo que dio lugar a una extensa clase media y a un empresariado urbano que reclamaban desempeñar papeles más activos en la política japonesa.

En poco tiempo Japón había logrado emparejarse, en lo económico y en lo militar, al resto de las potencias mundiales, mientras que la Constitución de 1889, pese a sus restricciones, había colocado al Imperio, a los ojos de la mayoría de los observadoresinternacionales, en la lista de las "naciones civilizadas". Sin embargo, las limitaciones y ambigüedades del documento estaban creando un clima de creciente inestabilidad política pues ponían en evidencia las intensas pugnas que sostenían entre sí los grupos de poder.

Hasta la Segunda Guerra Mundial el sistema político japonés funcionó mediante una Constitución que prescribía, formalmente, mecanismos parecidos a los vigentes en las democracias occidentales, pero que mantenía, en el fondo, una estructura profundamente autoritaria: el emperador conservaba su carácter cuasi divino, la oligarquía mantenía incólumes sus viejos privilegios y las fuerzas armadas ejercían una influencia política notable. Por su parte, los partidos políticos optaron por mantener un contacto demasiado estrecho con los intereses empresariales, hecho que perjudicó considerablemente su capacidad para transformar a la sociedad japonesa de acuerdo con los parámetros del liberalismo. Tuvo que darse la dolorosa derrota en la Segunda Guerra y la humillante ocupación extranjera para que Japón fuera efectivamente democratizado.


1.3. Ocupación militar y Constitución de 1947

Al terminar la Segunda Guerra Mundial Japón fue ocupado militarmente por Estados Unidos. Al contrario de lo que había sucedido en Alemania, Austria y Corea, donde la ocupación fue efectuada en proporciones más o menos iguales por dos o cuatro potencias aliadas, en Japón sólo había un país ocupante. Esta exclusividad estadounidense facilitó la creación de un "protectorado" que estaba bajo el mando del general Douglas MacArthur, cuya responsabilidad fundamental era transformar de raíz a la sociedad japonesa, democratizándola y convirtiéndola en un baluarte del denominado "mundo libre".

La ocupación militar fue verdaderamente revolucionaria. En los siete años que duró (desde 1945 hasta 1952), Japón adquirió un sistema político parlamentario muy parecido al que funcionaba en Occidente. En adelante, los partidos políticos funcionaron sin restricciones, la vieja oligarquía perdió definitivamente sus prerrogativas y, desde luego, se desvaneció la influencia política del ejército. Todos los vestigios del imperialismo y del ultranacionalismo quedaron definitivamente desterrados. Sin embargo, persistió, como una de las características fundamentales del sistema político, la importante presencia de las empresas privadas dentro del juego del poder.

La principal herencia de la ocupación militar fue la Constitución de 1947, la cual se mantiene vigente hasta la fecha. La nueva Carta Magna terminó con los dualismos y ambigüedades de la Constitución de 1889 pues instauró una monarquía constitucional unitaria en la que el emperador perdió su carácter de semidios para pasar a ser un jefe de Estado, limitado a desempeñar funciones protocolarias. Particularmente trascendente fue la decisión estadounidense de permitir la permanencia del emperador dentro del sistema político, situación que, sin duda alguna, contribuyó en gran medida a que los japoneses admitieran la formación del nuevo orden constitucional.

Dentro del sistema impuesto por Estados Unidos, el primer ministro es el jefe de gobierno. Su gabinete tiene plena responsabilidad frente a la Dieta, que cuenta con el poder de aprobar la conformación del gobierno y el derecho de decretar su eventual disolución mediante un voto de "no confianza". La Dieta (Kokkai) cuenta con una estructura bicameral: la Cámara de los Consejeros (Sangi In, Cámara alta), conformada por 250 miembros, y la Cámara de Representantes (Shugi In, Cámara baja), con 500 diputados. Todos los parlamentarios del país son electos por la ciudadanía. El bicameralismo japonés es desigual pues la Cámara de Representantes tiene una importancia legislativa y política mucho mayor que la Cámara alta. Esta última es renovada en mitades cada tres años. La duración del mandato de un senador es de seis años. La Cámara baja se renueva en su totalidad cada cuatro años y puede ser disuelta antes de concluir el periodo legislativopara dar lugar a elecciones anticipadas.

La Constitución de 1947 también estableció la obligación de Japón de renunciar a la guerra como un medio para remediar sus disputas con otras naciones y estipuló que el país contaría con unas fuerzas armadas de poderío limitado, dedicadas en exclusiva a la defensa nacional. El poderío político de los militares quedó suprimido y los principales responsables de la conducción del país durante la guerra fueron juzgados y castigados. También fueron sancionados los principales dirigentes de la zaibatsu (los grandes capitalistas), con lo que se desmanteló a los grupos empresariales que habían coadyuvado con los militares en la preparación y ejecución de las agresiones armadas.

Asimismo, en este periodo se registraron importantes progresos en materia de legislación social y de derechos humanos. Se permitió la formación irrestricta de sindicatos, se autorizó el derecho de huelga, se reformó el sistema educativo, se amplió el derecho de sufragio y se procuró combatir la aguda discriminación de la que eran objeto las mujeres. Las libertades ciudadanas fueron consagradas formalmente por la Constitución.

La administración de MacArthur dio lugar a un nuevo orden constitucional en Japón, indudablemente democrático, que fuecriticado en su momento por los sectores más conservadores de la sociedad japonesa (que lo consideraban demasiado radical) e incluso por algunas voces reaccionarias dentro de Estados Unidos, que describían a parte de la legislación social como "socialista". Especialmente escandalosa fue la aquiescencia de las autoridades estadounidenses frente a la fundación de los partidos Socialista y Comunista. Lo cierto es que a partir de 1952, año en que Japón recuperó su soberanía plena, empezó a funcionar un sistema político donde las instituciones de inspiración occidental trabajaron por primera vez a plenitud (es decir, dejaron de ser estructuras únicamente formales), aunque conservando algunos de los rasgos fundamentales de la tradición japonesa.


II. Sistema electoral

El sistema electoral vigente en Japón hasta 1994, año en el que fue suprimido como efecto de la reforma política, constituyó un fenómeno bastante peculiar. Según el viejo esquema, la totalidad de los 511 delegados a la Cámara de Representantes eran electos mediante el sistema conocido como "voto único no transferible, en circunscripciones de representación múltiple". Japón está dividido, para efectos electorales, en 130 distritos de representación múltiple. Esto quiere decir que cada distrito elige a más de un diputado. De hecho, los distritos japoneses elegían entre tres y cinco representantes a la Cámara baja. Los partidospolíticos presentaban a los electores una lista que contenía los nombres de sus candidatos a cubrir los escaños vacantes en cada distrito electoral. El elector tenía derecho a elegir sólo a un candidato del partido de sus preferencias. Los tres, cuatro o cinco candidatos (dependiendo de los escaños vacantes en el distrito) que obtenían más votos resultaban electos. Por supuesto, la posibilidad de que los partidos pudieran presentar a más de un candidato por distrito fomentaba el faccionalismo, ya que las distintas facciones inscribían a sus candidatos para que fuera el elector quien definiera qué aspirante era quien debía ir a la Cámara de Representantes. El "voto único no transferible, en circunscripciones de representación múltiple" fue descrito por sus críticos como un "sistema corruptor", no sólo porque promovía el faccionalismo sino porque era origen de "serias tergiversaciones" de la voluntad popular.

Antes de la reforma, 150 de los senadores nipones eran electos en cada uno de los distritos electorales bajo el mismo sistema proporcional de listas que se utilizaba para los miembros de la Cámara baja. Los 100 legisladores restantes se eligían bajo un método también proporcional, pero todos a nivel nacional; es decir, eran candidatos para todo el país y no únicamente para un determinado distrito en particular.

Con la reforma política de 1994 arribaron los cambios. El sistema de voto único no transferible en circunscripciones de representación múltiple fue suprimido y en la actualidad se utiliza un sistema mixto para la elección de ambas cámaras de la Dieta. Para laelección de la Cámara baja se optó por un mecanismo mediante el cual 300 de 500 curules se eligen por mayoríarelativa en distritos uninominales y 200 se reparten a través de una fórmulaproporcional, que no busca castigar la sobrerrepresentaciónde los partidos favorecidos en las circunscripciones uninominales sino que establece una repartición independiente. Para efectos de la repartición proporcional, el país ha sido dividido en 11 circunscripciones plurinominales. La legislatura dura cuatro años, salvo en caso de disolución adelantada, y la Cámara baja se renueva siempre en su totalidad.

El mandato de los 250 consejeros que integran la Cámaraalta sigue siendo de 6 años, se renueva por mitades cada trienio, pero ahora se utiliza también una fórmula mixta en la que 24consejeros son electos en distritos uninominales, 100 bajo un mecanismo proporcional que considera al país como una sola circunscripción plurinominal y 126 mediante el viejo sistema de voto único no transferible, en circunscripciones de representación múltiple.
Aunque el actual sistema político japonés ha sido fundamentalmente democrático y las condiciones de la competencia electoral han sido lo suficientemente limpias y equitativas, no se debe pasar por alto que por mucho tiempo prevalecieron algunos factores que otorgaron ciertas ventajas al Partido Liberal Democrático: la injusta distritación electoral, la ausencia de controles para el financiamiento privado a las campañas electorales, el predominio de formas de clientelismo y la sobrerrepresentación parlamentaria.

Hasta la reforma de 1994 los distritos electorales japoneses fueron los mismos que se trazaron en 1947 para celebrar la primera elección de la posguerra.Conelpasodeltiempo,esta medida provocó graves distorsiones en la representatividad de los distritos. La rápida expansión económica e industrial de los años cincuenta y sesenta provocó el aumento de las dimensiones demográficas de los distritos urbanos, lo que propició una acusada y creciente sobrerrepresentación de los distritos rurales, bastiones electorales tradicionales del pld. Resultaba irónico que grandes centros urbanos como Kobe, Osaka y Yokohama enviaran un número relativamente pequeño de representantes a la Dieta, mientras que zonas rurales que habían perdido habitantes durante los años de crecimiento económico acelerado contaban con un número desproporcionado de diputados. El cambio al sistema electoral mixto obligó a una redistritación del país, para dividirlo en 300 distritos uninominales. La nueva ley electoral prohíbe explícitamente la sobrerrepresentación de los distritos.

Otro problema axial de la vida política japonesa ha sido la ausencia de controles efectivos para el financiamiento privado de las campañas de los candidatos, lo cual, evidentemente, haprohijado a la corrupción. En 1995 se promulgó una ley que, por primera vez en la historia de Japón, estipuló el financiamiento público a los partidos políticos. En dicha ley se establece un criterio de subvención a los partidos de acuerdo con la proporción de votos que cada uno de éstos reciba en los comicios. Para tener derecho a los fondos públicos, un partido debe contar por lo menos con cinco escaños en la Cámara baja y con 2% de los votos emitidos a nivel nacional. Los votos que se cuentan son los obtenidos en los comicios inmediatos anteriores a la Cámara baja o en alguna de las dos elecciones inmediatas anteriores a la Cámara alta.

El financiamiento privado sólo se permite si se hace exclusivamente a los partidos y no a los candidatos en lo individual. Las donaciones privadas deberán hacerse públicas si rebasan la cantidad de 150,000 yens anuales, y se impusieron límites a las cantidades que los particulares pueden otorgar, así como controles más estrictos sobre cómo deben manejar los partidos los recursos públicos.

El clientelismo ha sido un rasgo fundamental de la política japonesa. Este problema se ha manifestado sobre todo a través del ofrecimiento de dádivas, gestión de obras y hasta la compra directa de votos. Tanto el ofrecimiento de dádivas como la gestión de obras son fenómenos clientelistas presentes en todas las democracias del mundo en mayor o menor medida, y por lo general resultan difíciles de perseguir y castigar. Respecto a las primeras dos prácticas existe cierta permisividad, pero la compra directa de votos es una práctica que la nueva legislación electoral japonesa prohíbe explícitamente pues sanciona al candidato infractor con la anulación de su elección.

El principal defecto del que han adolecido los sistemas electorales japoneses, y el cual es bastante común incluso en varias democracias industrializadas, ha sido propiciar una perenne sobrerrepresentación de los partidos grandes, fenómeno que, evidentemente, ha favorecido en especial al Partido Liberal Democrático. La sobrerrepresentación sigue presente en el sistema electoral japonés, incluso después de la reforma electoral queeliminó la fórmula de voto único no transferible en circunscripciones de representación múltiple, como se ve en el cuadro siguiente.

Partido Liberal Democrático:

Porcentaje de votos recibidos y de asientos conquistados en las últimas 10 elecciones generales (Cámara baja)


Año

 % de la votación

 Escaños

 % de escaños

 

1969

 47.6

 288

 59.3

1972

 46.8

 271

 55.2

1976

 41.8

 249 

48.7

1979

 44.6

 248

 48.5

1980

 47.9

 284

 55.6

1983

 45.8

 250

 48.2

1986

 49.4

 300

 58.6

1990

 46.2

 275

 53.7

1993

 36.7

 225

 44.0

1996*

 38.6

 239

 47.8

* Primera elección donde se aplica el sistema mixto con 300 distritos uninominales y 200 escaños sujetos a repartición proporcional.

Esta tabla demuestra que el Partido Liberal Democrático ha gozado de una notable sobrerrepresentación en la Cámara bajadel Parlamento durante todo el tiempo que estuvo vigente la fórmula de voto único no transferible en circunscripciones de representación múltiple, en rangos que solían llegar hasta los diez puntos porcentuales. Pero también se observa que en la elección de 1996, ya aplicando el nuevo sistema mixto, la situación no cambió, ya que el pld consiguió 47.8% de la representación parlamentaria con apenas el 38.6% de los votos.


III. Sistema de partidos

1. Características fundamentales

La democracia parlamentaria que empezó a regir en Japón a partir de 1947 es similar a los sistemas del mismo tipo que existen en la mayor parte de las naciones de Europa occidental, en Canadá, Australia y Nueva Zelanda. Esto es, presenta las principales características de los regímenes parlamentarios: plena responsabilidad gubernamental frente al Parlamento, presencia de un jefe de Estado sin facultades ejecutivas reales, sufragio universal, celebración periódica de elecciones generales, etcétera. Sin embargo, la política japonesa se distingue por su carácter original pues mantiene importantes rasgos propios.

Entre las principales particularidades del sistema político del Japón destacan la estrecha y muy especial relación entre la empresa privada y la clase política, el faccionalismo al interior de los partidos, el sistema electoral, la preeminencia de la estructura burocrática estatal sobre las instituciones políticas y la paradógica combinación de un régimen de partido dominante dentro de un contexto de inestabilidad gubernamental (sobre todo a partir de 1972).

En este contexto, resalta la enorme influencia que ejercen las empresas privadas dentro de los partidos políticos de filiación conservadora o liberal, sobre todo (a partir de 1955) dentro del Partido Liberal Democrático. Desde luego, es un hecho que en la totalidad de las democracias modernas la iniciativa privada se ha convertido en un "grupo de presión" que busca apoyar a los candidatos más afines a sus intereses, pero el vínculo empresarios-políticos en Japón es algo mucho más profundo y complejo que se relaciona con la tradición del "clan" japonés. Lainfluencia del gran capital en la política tiene como origen fundamental
el deseo de garantizar un clima propicio para los negocios y, enel caso particular de cada empresa, la necesidad de que susintereses particulares no sean afectados. En Japón, la relaciónempresarios-políticos va más allá del simple financiamiento de campañas o de la labor de "cabildeo" al interior del trabajo parlamentario: se trata de estrechas alianzas que involucran aspectos políticos, sociales y hasta familiares. Estos clanes político-empresariales son resultado de afinidades que se van formando durante décadas. Políticos y empresarios, que se conocen muchas veces desde la infancia, forman el núcleo de estos pactos inquebrantables, que incluso llegan a ser hereditarios. Ni siquiera queda claro cuáles son los beneficios concretos a los que aspira un empresario como producto de estos poderosos contubernios, ni tampoco qué tan indispensable resulta para un político el sostener dichos compromisos, pero lo cierto es que los vínculos empresarios-políticos son esenciales dentro del sistema.
El resultado de la formación de "clanes" político-empresariales ha sido el agudo faccionalismo que prevalece al interior delos partidos conservadores. Al igual que el activismo político de la iniciativa privada, el faccionalismo no es un fenómeno privativo del Japón. Divisiones internas y el surgimiento de tendencias y facciones están más o menos presentes en casi todos los partidos democráticos del mundo. Sin embargo, el faccionalismo japonés es algo especial. Se trata de la formación de verdaderas familias políticas que observan una estricta fidelidad hacia un solo dirigente, por encima del respeto a la estructura partidista. Por otra parte, las diferencias de opinión entre las facciones por lo general no son de carácter ideológico, como sucede por lo regular en Occidente, sino que tienen su origen en rivalidades personales y en la disputa por la influencia y el poder.

Otra singularidad es la supremacía que tienen las estructuras burocráticas sobre las instituciones políticas. Los ministerios, sobre todo el de Comercio Exterior (miti) y el de Finanzas, son verdaderos "Estados dentro del Estado", dueños de un elevado grado de independencia con respecto a la Dieta, al gabinete e, incluso, al primer ministro. El poderío del andamiaje burocrático tuvo su origen en el boom económico de los años sesenta, cuando los gobiernos japoneses decidieron otorgar a los ministerios grados considerables de autonomía con el propósito de que su labor no fuera "contaminada" por la, muchas veces,"caprichosa" política. El proceso de toma de decisiones recaía cada vez más en la alta burocracia, en detrimento de los organismos electos, misma que priorizaba los objetivos del crecimiento económico a ultranza y posponía el tratamiento de otros aspectos importantes de la vida pública del país. La estructura burocrática se convirtió, así, en una fuente alternativa informal de poder que recuerda, en buena medida, a las dualidades de la Constitución de 1889. Pero en vez de ser el ejército el beneficiado por la existencia de "estructuras especiales", en la actualidad son los intereses de losgrandes grupos empresariales y financieros losfavorecidos, pues mantienen un estrecho contacto con la burocracia estatal.

Otro rasgo distintivo del sistema japonés se refiere a la existencia, a partir de mediados de la década de los cincuenta, de un régimen de partido dominante en un ambiente de inestabilidad gubernamental. En efecto, como consecuencia de la fusión, en 1955, de los dos principales partidos conservadores de ese momento (el Liberal y el Democrático) surgió un "superpartido" cuya enorme fortaleza electoral garantizó su predominio sobre la política del país por casi cuatro décadas. Durante esta etapa el Partido Liberal Democrático fue capaz de conseguir la mayoría parlamentaria absoluta en casi todos los comicios generales, lo que le permitió gobernar al país sin la necesidad de formar coalición con ninguna otra organización política. Por regla general, cuando un partido consigue imponer una hegemonía semejante la estabilidad gubernamental está casi garantizada, ya que noexiste el peligro de que ocurran súbitos rompimientos de coaliciones ni "votos de no confianza" que obliguen al gobierno a dimitir.Sin embargo, en Japón ha prevalecido (excepto en los años sesenta, que se caracterizaron por un espectacular crecimiento económico)una gran inestabilidad parlamentaria, como lo prueba el hecho de que a partir de la fundación del pld se han formado y disuelto casi una veintena de gobiernos. La inestabilidad ha sido consecuencia del faccionalismo, que para efectos de laformación de gobiernos ha funcionado como si dentro del pld existieranpor lo menos una decena de distintos partidos políticos. La ausenciade un gobierno fuerte y constante ha sido una de las causas del fortalecimiento de la burocracia estatal, menos dependiente de los vaivenes de la política.


2. Principales partidos políticos tradicionales
Las presiones para lograr una mayor apertura del sistemapolítico se incrementaron al finalizar la Primera Guerra Mundial. El triunfoaliado en el conflicto (donde Japón había actuado en combinación con los ganadores) fortaleció el prestigio internacional delos principios del liberalismo democrático. Japón no podía sustraerse a esta corriente que, como se demostrará más adelante, estaría destinada a ser bastante efímera. Por algunos años el militarismo cedió algo de terreno. Los nuevos protagonistas políticos, representantes de los sectores asociados al desarrollo económico y a la urbanización, estaban reemplazando a la vieja oligarquía.

Como resultado de esta lucha por el poder se instauró enJapón un sistema de partidos en el que destacaban los intereses de los principales grupos de poder: la alta burocracia (mombatsu),los grandes capitalistas (zaibatsu), los terratenientes y las fuerzas armadas. A partir de 1918, tres partidos dominaron el panorama político. La fórmula oficialista se presentaba a través del Seiyukai, representante de las fuerzas más conservadoras del gobierno y fiel aliado de los militares. Por su parte, el Partido Minseito fungió como defensor de los intereses de los grandes empresarios y terratenientes. Por último, estaba el Doshikai, también ligado a industriales y empresarios. Las principales demandas tanto del Seiyukai como del Doshikai eran la ampliación del sufragio y la imposición de la responsabilidad gubernamental ante el Parlamento.

Casi todos los partidos políticos japoneses de este periodo tenían como característica común ser defensores de los intereses empresariales, con lo que se inauguró en Japón unapráctica que subsiste con fuerza hasta la fecha: la intervención de los empresarios privados en política. Para nadie era un secreto que las empresas privadas destinaban cuantiosos recursos económicos al subsidio de partidos y de parlamentarios favorables a sus intereses. Este fenómeno dio lugar a una progresiva corrupción, lo que contribuyó a desprestigiar a los partidos. En este sentido, resalta que la corrupción y la financiación ilícita de partidos y parlamentarios registradas en los años veinte tenga mucho parecido a situaciones similares que han invadido a la política japonesa durante las últimas dos décadas y que han sido el origen del proceso de reforma política que vive el país en la actualidad.

En los años veinte la disputa política más importante fue el enfrentamiento entre los intereses militares y los civiles. El ejército, siempre dueño de un poderoso ascendiente, pretendía controlar al gobierno para que éste apoyara incondicionalmente la expansión imperialista del país en el Pacífico y en Asia oriental. Por su parte, los partidos liberales y centristas deseaban consolidar el sistema parlamentario y moderar el poder de las fuerzas armadas hasta donde fuera posible. En esta etapa las tendencias reformistas lograron imponer sus criterios. La importancia del Parlamento creció al acentuarse la responsabilidad gubernamental frente al Legislativo. Poco después, en 1925, se aprobó una legislación para ampliar el voto, en virtud de la cual podrían sufragar en las elecciones para la Cámara de Representantes todos los varones mayores de edad. Incluso la política internacionaldel país abandonó algo de su tradicional beligerancia. Japón decidiósumarse a iniciativas pacifistas lanzadas en la época, como el pacto Briand-Kellog, que proscribió a la guerra como "instrumento de la política exterior de los Estados". Asimismo, el país ingresóa la Sociedad de Naciones y se convirtió en uno de los miembros del Consejo.

De esta forma, durante un breve periodo, los partidos decorte liberal intentaron guiar al sistema político por la senda de la democracia liberal. Pero la situación no tardaría en revertirse. Prevalecía en el país una grave inestabilidad gubernamental producto de las ambigüedades y dualismos presentes en la Constitución. La inestabilidad japonesa se parecía mucho a la que, a la sazón, afectaba a varias democracias occidentales, como la República de Weimar. Las constantes crisis gubernamentales, la ineficacia parlamentaria y la corrupción desprestigiaban al sistema y lo debilitaban. Además, abundaban organizaciones radicales tanto de extrema derecha como de extrema izquierda que optaban por el terrorismo y la "acción directa" con la intención de minar al parlamentarismo.

En 1930, en medio de una grave crisis política, el panorama internacional volvió a nublarse. Las tensiones nacionalistas amenazaban con estallar en cualquier momento. Esta era la llamada que esperaban los militares japoneses y en mayo de 1932 dieron un golpe de Estado. En adelante, el sistema de partidos quedónulificado y aunque formalmente seguían funcionando las instituciones emanadas de la Constitución el poder pasó por completo a manos del ejército. El país en su totalidad se concentró en la preparación de la guerra. El nacionalismo expansionista había triunfado sobre el liberalismo.

Finalmente, en 1940 fueron disueltos todos los partidos. Durante la guerra, la Constitución de 1889 conservó su vigencia formal y la Dieta se mantuvo en funciones. Incluso en 1942 se celebraron comicios generales para renovar al Parlamento, aunque el gobierno presentó una lista oficial que casi no enfrentó oposición. Asimismo, los militares lograron comprometer en el esfuerzo bélico a la gran industria, lo que estrechó aún más los nexos entre empresas privadas y burocracia política.


2.1. Partido Liberal Democrático (pld, Jiyu Minshuto)

Durante los años de la ocupación estadounidense se formaron en Japón los partidos políticos que determinaron el perfil del sistema político durante la posguerra. Dos fueron las principales organizacionesde derecha: el Partido Liberal y el Partido Progresista Demócrata. Los liberales eran dirigidos por Shigeru Yoshida, muy activo en política y diplomacia durante la etapa de entreguerras, quien era el representante del sector antimilitarista. El Partido Liberal fue capaz de conseguir, con una amplia ventaja sobre sus rivales, la mayoría de los escaños en la Cámara de Representantes en los comicios generales de 1946, 1949, 1952 y 1953. La excepciónfue la elección de 1947. El poderío liberal permitió a Yoshida fungir como primer ministro durante casi la totalidad de este periodo, tan crítico en la reconstrucción del país y en la firma de los tratados de paz. Por su parte, los progresistas representaban un grupo conservador mucho más pequeño hasta que a finales de 1954 se les unió Ichiro Hatoyama, uno de los más importantes dirigentes del Partido Liberal, quien defeccionó tras haberse enemistado con Yoshida. Para las elecciones de febrero de 1955 los progresistas fundaron, junto con el grupo de Hatoyama, el Partido Demócrata Japonés, que consiguió arrebatar a los liberales la mayoría parlamentaria y Hatoyama relevó a Yoshida comoprimerministro.

Tanto los liberales como los progresistas demócratas eran herederos directos de los partidos constitucionalistas de la preguerra. Se trataba de organizaciones conservadoras al interior de las cuales imperaba un agudo faccionalismo, fieles defensoras del zaibatsu (intereses capitalistas) y favorables a mantener una alianza incondicional con Estados Unidos.

El Partido Liberal Democrático, agrupación política dominante en Japón durante décadas, fue fundado en noviembre de 1955 a partir de la fusión de los dos principales partidos de tendencia conservadora del país: el Partido Liberal y el Partido Progresista Demócrata de Japón. Esta unificación se celebró como resultado del fin de la disputa que durante años sostuvieron dos de los principales grupos políticos nacionales, uno encabezado por Yoshiday otro por Hatoyama. En los cruciales comicios de febrero de 1955, el Partido Liberal Democrático logró derrotar a los liberales al conseguir 185 escaños, contra 112 de sus rivales. Poco tiempo antes,en diciembre de 1954, Hatoyama había logrado la dimisión de Yoshida, luego de que una buena parte de las facciones dentro del Partido Liberal desertaran para unirse al recién creado Partido Liberal Democrático. Tras su derrota en las urnas, Yoshida decidió retirarse de la política, lo que facilitó la fusión que dio origen el pld.

Al igual que su rival Yoshida, Hatoyama fue un político antimilitarista de la preguerra y durante los años de la ocupación aliada se dedicó a organizar al Partido Liberal. Sin embargo, los estadounidenses impidieron a Hatoyama asumir un escaño parlamentario, argumentando que había colaborado durante la guerra con el régimen militar. En 1952, tras el retiro estadounidense de Japón, Hatoyama ingresó al Parlamento, dirigiendo una importante facción que no tardaría en enemistarse con el grupo del primer ministro Yoshida. Como primer ministro, Hatoyama sólo pudo encabezar tres breves administraciones de 1954 a 1956. Fueron sus sucesores, Kishi e Ikeda, quienes lograron consolidar al pld como la principal fuerza política del país.

El pld fue creado, también, como repuesta a la unificación que las corrientes socialistas efectuaron ese mismo año y que diera origen al Partido Socialista Japonés. También influyeron en la fundación del pldde manera importante, las presiones ejercidas por sectores de la empresa privada, los cuales deseaban que sus intereses fueran representados por una única organización que lograra establecer una hegemonía indiscutible en el gobierno.

Igual que con sus dos inmediatos antecesores, la principal característica del pld, además de su conservadurismo, en lo social, y sus políticas pro iniciativa privada, en lo económico, es el faccionalismo. La existencia de un buen número de facciones grandes y pequeñas ha determinado la vida del partido, al grado que el pld parece más bien una "coalición de partidos" que una organización homogénea. Las facciones son grupos de políticos que se aglutinan alrededor de algún líder o personaje influyente dentro del Parlamento o del gobierno, de tal suerte que son conocidas con el nombre del dirigente en cuestión (por ejemplo, facción Ikeda, facción Takeshita, facción Nakasone, etcétera). Como se ha comentado, las diferencias entre las facciones rara vez son de carácter ideológico o programático. Tienen que ver, más bien, con la lucha por el poder y la influencia dentro del partido. Además, es sabido que empresas importantes patrocinan económicamente a las facciones que se dedican a defender sus intereses en la Dieta. Cabe decir que el financiamiento a partidos y campañas electorales está muy poco regulado en Japón, situación que ha permitido la constante injerencia del zaibatsu dentro del pld.

La lucha entre las facciones se manifiesta con todo su encono en el momento de elegir al presidente del partido. Es entonces cuando los grandes "padrinos" que aspiran al puesto en cuestión movilizan a todas sus fuerzas para lograr ya sea ser nombrados ellos o, por lo menos, que lo sea uno de sus protegidos. La sorda lucha entre las facciones por obtener la presidencia del partido (y, por lo tanto, la jefatura del gobierno) ha provocado en Japón una inestabilidad gubernamental parecida a la italiana. Resulta paradójico que Japón, país en el que formalmente ha funcionado un sistema de partido dominante, haya tenido 18distintos primeros ministros desde la fundación del pld.
El faccionalismo exacerbado y la poca regulación del financiamiento a los partidos han dado lugar a una notablecorrupción, presente en el país incluso desde antes del final de laocupaciónmilitar. Ya en 1948 el primer ministro Hiroshi Ashida fue forzado a dimitir a raíz de un escándalo financiero.

Sin embargo, ni el faccionalismo, ni la corrupción, ni la inestabilidad gubernamental fueron obstáculos para el desarrollo económico de Japón. De hecho el éxito del modelo económico japonés ha sido la principal causa del dominio ejercido por el pld durante casi 40 años.


2.2. Partido Social Demócrata (psd)

También la izquierda se organizó en partidos. Antes de la guerra esta orientación política había sido ferozmente reprimida y los pocos partidos socialistas autorizados a participar en las elecciones se limitaron a desempeñar un papel marginal. Pero durante la ocupación, los estadounidenses permitieron la formación de partidos comunistas y socialistas, así como la fundación depoderosos sindicatos. En 1946 fue fundado el Partido Socialista, lidereado por Tetsu Katayama. En 1947 los socialistas triunfaron en laselecciones generales, con lo que Katayama se convirtió en el primer socialista (y, hasta la fecha, el único) en ser nombrado jefedegobierno. En febrero de 1948 Katayama dimitió debido a lasintensas pugnas que al interior de su partido protagonizaban los sectores moderados y radicales. La conducción de la economía (aplicación o no de un profundo programa de nacionalizaciones) y el carácter futuro de la relación con Estados Unidos eran las principales diferencias. Éstas finalmente llevaron al partido a una grave escisión que dio lugar a la formación de dos organizaciones distintas, una moderada y la otra radical.

Sin embargo, los resultados conseguidos por las dos formaciones socialistas en los comicios de febrero de 1955 (entre los dos consiguieron ganar 156 escaños) impulsaron a losdirigentesa la reunificación. En octubre de 1955 los moderados, losradicales y otras organizaciones izquierdistas más pequeñas decidieron fusionarse en una sola organización para dar vida al Partido Socialista del Japón (psj), el cual desde entonces y hasta 1993 (año en que cambió de nombre a Partido Social Demócrata) fungió como la principal formación de oposición.

La principal fuerza del psd reside en el apoyo que tradicionalmente le ha ofrecido el Sohyo, la unión sindical más importante del país. El Sohyo es la principal fuente de financiamiento del partido, además de que lo provee de buena parte de sus cuadros dirigentes.


2.3. Partido Comunista del Japón (pcj, Nihon Kiosanto)

También en 1946 fue legalizado el Partido Comunista del Japón (pcj), que había sido fundado en 1922 en la clandestinidad. Los comunistas habían sido proscritos durante los años de la hegemonía militar y por ello constituyó toda una novedad _que no dejó de molestar a las sensibilidades más anticomunistas tanto japonesas como estadounidenses_ el hecho de que MacArthur accediera a excarcelar a sus dirigentes y permitiera que su partido participara en las elecciones. Sin embargo, con el advenimientode la Guerra Fría, los comunistas fueron víctimas de una "caza de brujas". El partido mantuvo una filiación pro China durante los primeros años de la posguerra, hasta que a mediados de los años sesenta la irrupción de la Revolución Cultural en China provocó que el pcj se alejara ideológicamente de Pekín para adoptar una línea más moderada, semejante a la del denominado "eurocomunismo". Pese a toda la expectación creada a su alrededor, los comunistas nunca han logrado obtener porcentajes de votación realmente significativos, por lo que se han mantenido como una fuerza política de escasa trascendencia.


2.4. Partido del Gobierno Limpio (Komeito)

A principios de la década de los sesenta, una secta de orientación budista con aspiraciones de reforma social, denominada Soka Gakkai, comenzó a tener mucha actividad en Japón. Algunos de sus dirigentes, hartos de lo que ellos llamaban "la grancorrupción de los partidos" e inspirados en las enseñanzas del budismo,fundaron Komeito con el propósito de "sanear el mundopolítico".

En mayo de 1964 se celebró la asamblea constitutiva del partido bajo la dirección de Daisaku Ikeda. Quedaron entonces establecidos los parámetros ideológicos y programáticos del partido al aprobarse una declaración de principios que establecía como postulados fundamentales intentar una fusión del budismo con la política, construir una "democracia budista" comprometida con la purificación de la política japonesa, establecer las bases de un auténtico sistema parlamentario, hundir sus raíces profundamente en las masas y luchar por el bienestar del pueblo. Además, Komeito estableció para sí un cariz marcadamente pacifista al declararse en favor de un "nacionalismo global" respetuoso de los derechos de los demás pueblos del mundo "para procurar un marco de paz duradera".

Komeito pronto se convirtió en un partido atractivo para grupos urbanos de clases medias que estaban descontentos con la corrupción y que suscribían el discurso de la purificaciónbudista. Sin embargo, el partido jamás presentó al electorado una alternativa verdaderamente integral de gobierno, por lo que susfortunas electorales variaron considerablemente. Pese a ello, Komeito contó, desde su fundación y hasta los años noventa, con la tercera fracción parlamentaria más grande en la Cámara baja de la Dieta.


2.5. Partido Democrático Social (pds, Minshu Shakaito)

Fue fundado en 1960 luego de que el sector más moderado del Partido Socialista decidió separarse de éste como protesta porlas posiciones "demasiado radicales" que, a juicio de los disidentes, había asumido la dirigencia partidista sobre todo en lo concerniente a los temas de política exterior. En un principio, la formación en Japón de un partido de tendencia socialdemócrata abrió grandes expectativas. Se supuso que, al fin, el pld tendría enfrente a una oposición plausible que superara al radicalismo de socialistas y comunistas. Pero los demócratas sociales nunca fueron capaces de despegar electoralmente y quedaron constantemente relegados al cuarto o quinto lugar de las preferencias, incluso algunas veces por detrás de los comunistas.

El pds ha sido muy popular en los grandes centros urbanos, sobre todo entre profesionistas, intelectuales, trabajadores especializados y algunos pequeños empresarios.


3. Crisis política y nuevos partidos

3.1. La elección general de 1993 y sus secuelas

Las elecciones generales del 18 de julio de 1993 han sido consideradas como las más importantes de la historia contemporánea de Japón. En ellas, el Partido Liberal Democrático fue obligado,por primera vez en su historia, a abandonar el poder para sersustituido por una coalición formada por seis distintos partidos políticos y apoyada por un puñado de parlamentarios independientes.

Los dos asuntos que acapararon el interés del electoradofueron la corrupción y la reforma política. Como se ha mencionado, el tema de la corrupción ha sido neurálgico en Japón durante las últimas dos décadas debido en gran parte al financiamiento poco regulado a los partidos y facciones, lo cual ha dado lugar a la intervención sin límite de empresas privadas y de particulares en la política. Esta situación, que había alcanzado niveles sin precedente ya desde finales de los años setenta, llegó a su límite en 1989 al descubrirse que la empresa Recruit tenía tratos encubiertos con importantes personalidades públicas. El pld se encontró súbitamente en serios aprietos ante el rechazo que los electores le manifestaban en las urnas elección tras elección. Sólo la presencia efímera de un outsider al frente de la jefatura de gobierno, Toshiki Kaifu, quien se preocupó por atender el problema de la reforma política, evitó que los desgajamientos que sufría el pld se adelantaran. Sin embargo, los líderes de las facciones reaccionaron destituyendo a Kaifu e imponiendo a Miyasawa, personaje abiertamente comprometido con el establishment del partido.

La cerrazón de la dirigencia del pld orilló a varios parlamentarios pro reformistas a abandonar al partido para crear por su cuenta nuevas organizaciones. Lo que derrumbó al gobierno de Miyasawa fue el voto de no confianza de 58 disidentes del pld, los cuales ahora están en tres nuevas organizaciones políticas: el Partido del Nuevo Japón (pnj), el Sakigake y el Shinseito.

La campaña electoral estuvo centrada en la reforma política, aunque también el declive de la economía (que ha padecido Japón desde principios de la presente década), la proliferación de la mafia y el descenso del nivel de vida de la mayor parte de los japoneses fueron temas tratados por todos los partidos. El pld se encontró en desventaja con respecto a la competencia. La impopularidad de Miyasawa, así como la reciente deserción de los grupos reformistas y el desprestigio de las facciones, jugaban en su contra. Además, la situación económica no era la mejor. Por otro lado, varios síntomas de descomposición social, tales como la consolidación del poder de la mafia, el deterioro ambiental y la mala condición de vida de las capas económicamente más desprotegidas, eran achacados por los políticos de la oposición a los desaciertos del pld en el gobierno.

El pld prometió que adoptaría reformas para combatir la corrupción, aunque nunca especificó cuáles serían las medidas ni señaló un calendario para hacerlo. El partido gubernamental se dedicó más bien a señalar al electorado los peligros que acarrearía al país el ser eventualmente gobernado por una coalición heterogénea de partidos sin experiencia gubernamental, de la que seguramente sería parte el Partido Social Demócrata, el cual, después de la dimisión de Takako Doi, había adoptado posturas un tanto equívocas. Miyasawa estableció que la mejor manera de ayudar al país a salir de sus dificultades económicas era concediendo un nuevo mandato "al partido que había hecho de Japón una potencia", en lugar de "hacer experimentos que pusieran en riesgo la estabilidad del país".

Los partidos de la oposición, sobre todo las escisiones del pld, tuvieron en la reforma política su principal tema de campaña electoral. Afirmaban que había llegado el momento de "cambiar a Japón radicalmente, de la misma manera que el mundo lo ha venido haciendo desde hace algunos años". "El país padece un estancamiento político y social peligroso que pone en riesgo el estatus de la nación", sostenía la oposición, y había llegado la hora de "acabar con la paradoja que constituye el que Japón sea una potencia económica de primer rango que se gobierna mediante un sistema político del Tercer Mundo". Para ello, alegaron los reformistas durante la campaña, era necesario sustituir el sistema electoral de voto único no transferible, en circunscripciones de representación múltiple, por una fórmula mixta para la elección de los miembros de la Cámara baja y regular estrictamente el financiamiento a los partidos y facciones.

Pocos días antes de la elección, dos cosas quedaban claras: el pld perdería la mayoría absoluta, pero quedaba en posición de recuperar el poder mediante una coalición con alguno de los grupos disidentes reformistas o con el apoyo de un buen número de legisladores independientes. Sólo en el caso, que en ese momento parecía remoto, de que la oposición en su conjunto (dentro de la cual estaban partidos de todas las tendencias ideológicas)concertara una coalición multipartidista, el pld perdería el poder.

Los resultados confirmaron todas esas especulaciones. El día de los comicios el pld sólo obtuvo 33 curules de mayoría absoluta, mientras los partidos reformistas conquistaron en conjunto 103 diputaciones. Cabe decir que todos los legisladores que desertaron del pld (58) fueron reelectos. El gran perdedor fue elPartido Social Demócrata, que pasó de 136 curules a 70. Por suparte, el partido budista Komeito, el Partido Socialista Democrático y los candidatos independientes obtuvieron ganancias marginales.

Una vez conocidos los resultados empezaron las negociaciones para formar el gobierno. Al pld no le bastaría el apoyo de diputados independientes afines, por lo que exploró la posibilidad de establecer una coalición con alguno de los partidos escindidos. Los dirigentes del partido hasta ese entonces dominante parecían dispuestos a sacrificar a Miyasawa y nombrar como primer ministro a algún político aceptable para los disidentes. Se pensó en Toshiki Kaifu pero ninguno de los dirigentes reformistas se atrevió a pagar el precio, en términos de desprestigio, que hubiera significado aceptar una alianza con el pld. Muy pronto loslíderes de los tres partidos que se separaron del pld anunciaron su intención de no entablar negociaciones con el gobierno, con lo que abrieron la puerta a la posibilidad de una coalición multipartidista.
Pasó poco tiempo para que los dirigentes de las organizaciones de oposición (a excepción de los comunistas y de algunos independientes) se pusieran de acuerdo en formar un nuevo gobierno de coalición, encabezado por el presidente del Partido del Nuevo Japón, Morihiro Hosokawa. Se trataba, sin duda, de un distinguido político, descendiente de samurais y nieto de Fumimaro Konoe, quien fue primer ministro dos veces antes de la Segunda Guerra Mundial. Hosokawa representaba una enorme esperanza de renovación para el Japón, pero los retos a enfrentar no eran fáciles. De pronto, los ojos del mundo estaban puestos en Japón y en la suerte de la nueva administración, la cual se propuso como principal meta la celebración de la ansiada reformapolítica.

Desde el principio, muchos apostaron a que la duración del gobierno de Hosokawa sería breve, condenado por su heterogeneidad y por las maniobras que la estructura burocrática (completamente identificada con el liderazgo del pld) seguramente efectuaría para entorpecer la reforma. Los escépticos aseguraban que en pocos meses la coalición se disolvería y el pld volvería al poder, aliado con algunos de los partidos escindidos y entonces sí, ante el fracaso de la administración multipartidista, podría argumentar que la reforma sólo se podría efectuar con la participación en el gobierno del principal partido político japonés.

Hosokawa estaba consciente de las desventajas deencabezar una administración formada por una coalición de siete partidos. El nuevo primer ministro sabía que pronto aparecerían diferencias de opinión entre las organizaciones coaligadas, por lo que concentró sus esfuerzos en tratar de materializar lo más pronto posible la reforma electoral. Después de varios meses de negociaciones, en marzo de 1994 el Parlamento aprobó finalmente la adopción de un sistema electoral mixto en virtud del cual 300 de los 500 escaños de la Cámara de Diputados (fueron suprimidos11)serían electos por mayoría de votos en circunscripciones uninominales y 200 mediante una fórmula proporcional. Esta reforma fue confirmada mediante un nuevo voto parlamentario efectuado en noviembre del mismo año.

Tras lograr la reforma electoral, Hosokawa habló de efectuaruna reforma fiscal para aumentar los impuestos indirectos y disminuir los directos. De esta forma se pretendía desgravarsensiblemente los ingresos de las clases trabajadoras y asalariadas, severamente penalizadas por los mecanismos fiscales vigentes.De inmediato, los dirigentes del Partido Social Demócrata y Masayoshi Takemura, líder del partido reformista Sakigake, protestaron enérgicamente y advirtieron a Hosokawa que jamás aprobaríanla iniciativa de modificaciones fiscales. Al mismo tiempo, se hicieron evidentes la diferencias que separaban a Hosokawa de sus aliados Ozawa y Takemura, así como de los socialdemócratas, en lo referente a temas de política exterior y de política económica.Los pesimistas tenían razón, el gobierno coaligado no tardaría en caer.

A principios de abril de 1994, Hosokawa dimitió sorpresivamente. Semanas antes se había descubierto que el primer ministro había desviado el dinero de un préstamo para financiar algunas actividades políticas. Aunque los hechos habían sucedido hacía más de diez años y el dinero no alcanzaba un monto considerable (sobre todo si se compara con las sumas alcanzadas en los grandes escándalos de este tipo que suceden con cierta frecuencia en Japón), Hosokawa decidió renunciar, más por estrategia política que como consecuencia del hecho en sí. Después de darse cuenta de la inutilidad de encabezar un gobierno tan conflictivo, condenado irremediablemente al fracaso, Hosokawa, quien durante su mandato rompió todos los récords de popularidad de la posguerra para un primer ministro, prefirió replegarse al Parlamento (en el cual encabeza ya a un importante grupo reformista) y esperar la celebración de elecciones, donde su partido trataría de conquistar una posición más sólida.

Hosokawa fue sustituido por Tsutomo Hata, quien a los pocos días de tomar posesión se enfrentó con el Partido Social Demócrata, que sigue siendo la organización más grande en el Parlamento después del pld. Las fricciones dentro del gobierno de coalición provocaron muy pronto su caída. Para sustituir a Hata fue nombrado como premier el dirigente del Partido Social Demócrata, Tomiichi Murayama, al frente de una inusual alianza entre su partido y el pld. Todo este terremoto político transformó radical y aceleradamente al sistema de partidos japonés. Mientras que la oposición se realineó, en diciembre de 1994, con la formación del Partido Nueva Frontera (pnf, Shinshinto), en el cual convergieron todas las organizaciones que se habían escindido del partido hegemónico y el Komeito, el pld seguía debilitándose a causa de nuevas defecciones en su interior, la más notoria de todas la del ex premier Kaifu. Asimismo, el Partido Social Demócrata corría el riesgo de desaparecer de la escena si es que llegaba a concretarse el llamado del importante grupo disidente encabezado por Wataru Kubo de abandonar esta organización para fundar una nueva organización política.


3.2. Las elecciones de 1996 y el fracaso del Partido Nueva Frontera

Con la celebración de nuevos comicios generales se esperaba que se concretara una drástica alteración del sistema de partidos. Se estaba abriendo en Japón una etapa de incertidumbre política, en la que cualquier cosa podía pasar. Mientras que la oposición se mantenía profundamente dividida, a pesar de la fusión que dio origen al Partido Nueva Frontera, el Partido Liberal Democrático tampoco estaba en su mejor momento. Las facciones, dirigidas casi todas ellas por personajes menores, iban en declive y se manejaban, como nunca antes, como partidos independientes.

Sin embargo, las cosas no sucedieron como muchos esperaban. La oposición fue incapaz de mantenerse unida y de presentar una opción plausible de gobierno. El Partido Nueva Frontera se vio afectado por el personalismo de sus dirigentes, y la oposición exhibió inestabilidad y oportunismo. Hacia mediados de 1996, aproximadamente 50% de los diputados de la Dieta electa tres años antes eran "tránsfugas" que habían abandonado por lo menos a un partido para integrarse a otro distinto, e incluso había casos de diputados que, se decía, habían "comprado boletos de ida y vuelta" en lo que respecta a su afiliación partidista.
La incapacidad de la oposición para organizar una alternativa de poder y la de los liberaldemócratas de encabezar una reforma a fondo de la política y de la administración pública japonesas estaba provocando una creciente y preocupante apatía entre el electorado, que cada vez creía menos en los partidos. Las manifestaciones más graves del profundo escepticismo ciudadano se produjeron durante las elecciones municipales de 1995, cuando varios candidatos ajenos a los partidos tradicionales fueron electos alcaldes de ciudades importantes de Japón. Los casos más sonados fueron los de Tokio, donde triunfó un escritor, y Osaka, ahora gobernada por un ex payaso profesional.

Por otra parte, en enero de 1996 Murayama fue sustituido como primer ministro por Ryutaro Hashimoto, quien había asumido la dirección del pld. El nuevo jefe de gobierno demostró pronto ser un político dinámico y astuto que supo aprovechar los errores y el divisionismo de la oposición al mismo tiempo que reorganizaba al pld. El liderazgo de Hashimoto fue lo suficientemente fuerte como para que a pesar del innegable desprestigio del pld y de la crisis económica, que se agravó en 1996, el gobierno recuperara algo de credibilidad.

En el otoño de 1996, las encuestas indicaban unasorprendente recuperación del pld, por lo que Hashimoto decidió disolver la Cámara baja de la Dieta y adelantar la celebración de elecciones, mismas que se efectuaron el 20 de octubre de ese año.

El mismo día en que se convocó a estas elecciones fue fundado el Partido Democrático de Japón, encabezado por Yukio Hatoyama y Naoto Kan, este último ministro de Salud, que se hizo muy popular al denunciar las negligencias que llevaron a la distribución de sangre contaminada con el virus del sida. El nuevo partido cobró una fuerza inusitada.

En las elecciones, el Partido Liberal Democrático salió como el triunfador y quedó apenas a 11 escaños de conquistar la mayoría absoluta, contra la mayor parte de los pronósticos que supusieron, durante varias semanas, una competencia más reñida. Con este resultado, Hashimoto fue capaz de mantenerse en el gobierno, a pesar de que dos o tres años atrás el pld parecía condenado a la desaparición a causa de su enorme impopularidad y de haber perdido la confianza de los electores.

Sin embargo, gracias a la incompetencia de la oposición y a la sagacidad del primer ministro, el pld logró sobrevivir. Hashimoto efectuó una enérgica campaña en la que prometió reformas administrativas, políticas y fiscales pero, sobre todo, explotó el nacionalismo siempre latente de sus connacionales y ofreció devolver a Japón una posición de "primera línea" en el concierto internacional. Para ello ayudó mucho la actitud beligerante asumida en los últimos meses por China respecto a sus vecinos y la creciente inestabilidad en Rusia.

Asimismo, vale la pena destacar que la nueva fórmula electoral terminó por beneficiar al pld, ya que éste, gracias a su mejor organización y mayor disposición de recursos, tuvo la posibilidad de ganar la mayor parte de los distritos uninominales (se llevó 169 de los 300) pese a que, a nivel nacional, no rebasó ni de lejos el 50% de la votación. Es decir, los liberaldemócratas obtuvieron una notable sobrerrepresentación en la Cámara baja de la Dieta, lo que ayudaría poco a los impulsos reformistas.

Con los resultados electorales, el Partido Liberal Democrático perdió la mayoría absoluta en el Parlamento. Los comunistas elevaron su representación en la Dieta y los socialdemócratasquedaron al borde de la desaparición.

En los comicios del 20 de octubre de 1996 la apatía electoral se tradujo en más de 40% de abstencionismo.

En Japón, a pesar de que el Partido Liberal Democrático se mantiene como la organización política más grande del país, el panorama partidista se ha trastocado de tal forma que ahora es completamente irreconocible. A pesar de su reciente triunfo, elpld es más cuestionado que nunca, mientras que la oposición tradicional, representada sobre todo por los social demócratas, se ha debilitado irremediablemente y los nuevos partidos, producto de las numerosas escisiones que han padecido los liberaldemócratas y los socialdemócratas durante los últimos años, no han logrado consolidar una opción auténticamente poderosa y popular.

A lo anterior se suma que el Partido Nueva Frontera, donde confluyeron la mayor parte de los disidentes del pld y el cual quedó como la segunda fracción parlamentaria más numerosa tras los comicios de 1996, fue disuelto en diciembre de 1997, fulminado por el agudo personalismo de sus dos principales líderes: Ozawa y Hata. De la disolución del Partido Nueva Frontera surgieron varias organizaciones nuevas, de entre las que destacan el Nuevo Partido del Gobierno Limpio (Komeishin-to), resurrección del viejo Komeito; el Partido Liberal (Jiyuto Shinto), lidereado por Ozawa; el Club Reformista (Kaikaku Kurabu), encabezado por Hata; la Voz del Pueblo (Kokumin no Koe), de orientación conservadora; y tres organizaciones de carácter budista: el Nuevo Partido de la Fraternidad (Shinto Yauai), el Club Amanecer (Reimei Kurabu) y el Nuevo Partido Pacifista (Shinto Heima).

Pese al holgado triunfo del pld (o quizás, a causa de él), el panorama político japonés es ahora más incierto. El profundo desprestigio de la clase política, el notable incremento del abstencionismo, el escepticismo ciudadano, la patente falta de voluntad política de los gobernantes liberaldemócratas para iniciar la tarea de transformación de las instituciones del país, el personalismo y falta de imaginación de la oposición y, ahora, la retórica nacionalista, son factores que ponen en entredicho a la democracia nipona. El camino de la reforma no será llano y recto. Lo que hace falta en Japón es, ni más ni menos, una revolución mental que propicie el establecimiento una nueva cultura política don-de el patrimonialismo y el clientelismo, principales obstáculos para el advenimiento de un gobierno más democrático y eficiente, queden desterrados.


Anexo estadístico*

Geografía

 

Área

 337,835 km2 (rango mundial, 60° lugar).

Capital

 Tokio (11,800,000 habitantes, zona metropolitana).

Otras ciudades importantes

 Yokohama (3,300,000), Osaka (2,600,000), Nagoya (2,200,000), Sapporo (1,800,000), Kobe (1,500,000), Kyoto (1,500,000).

División política

 El país está dividido en nueve regiones (Chubu, Chugoku, Hokkaido, Kanto, Kinki, Kyushu, Ryukyu, Shikoku y Tohoku), dos prefecturas urbanas (Kioto y Osaka) y la ciudad capital (Tokio).

Demografía y sociedad

 

Población (1997)

 126,110,000 habitantes (rango mundial, 8°lugar).

Densidad

 333.8 habitantes por km2.

Población urbana

 77.6%.

Población rural

 22.4%.

Distribución poblacional por sexo

 Hombres 49.03%, mujeres 50.97%.

Distribución poblacional por edades

 Menos de 15 años, 16.9%; 15-29, 22.1%;  30-44, 21.1%; 45-59, 20.8%; 60-75, 13.8%; más de 75, 5.3%.

Tasa anual de natalidad

 9.9 nacimientos por cada 1,000habitantes.

Tasa anual de mortalidad

 6.9 defunciones por cada 1,000 habitantes.

Esperanza de vida

 hombres 76.1 años, mujeres 82.1 años.

Índice de fecundidad

 1.5 hijos por mujer.

Proyección poblacional

 año 2000 126,894,000; año 2010 129,410,000.

Extranjeros

 0.8% del total de la población, casi todos coreanos.

Religión

 shintoismo y religiones afines, 39.5%; budismo, 38.3%; cristianismo, 4%.

Idioma oficial

 japonés.

Número de habitantes por médico

 610.

 

Economía

Moneda

 yen japonés (Y) = 100 sen.

Producto Interno Bruto (pib)(1997)

 3,869,600 mil millones de dólares.

pib per cápita (1996)

 39,640 dólares.

Inflación (1996)

 0.5%.

Desempleo (1996)

 3.5%.

Crecimiento anual del pib (1995)

 3.1%.

Población Económicamente Activa (pea)

 66.7 millones de personas.

Actividad de la pea por sectores

 agricultura, 2.5%; industria, 41.8%; servicios  55.7%.

Balanza comercial

  exportaciones 41,532,000,000,000 yens; importaciones 31,534,000,000,000 yens.

Principales socios

  exportaciones Estados Unidos 27.3%, Corea del Sur 7.1%, Taiwán 6.5%, Hong Kong 6.3%, Singapur 5.2%, China 5.0%, Alemania 4.6%, Tailandia 4.5%, Malasia 3.8%, Reino Unido 3.2%; importaciones Estados Unidos 22.4%, China 10.7%, Corea del Sur 5.1%, Australia 4.3%, Taiwán 4.3%, Indonesia 4.2%, Alemania 4.11%, Canadá 3.2%, Malasia 3.1%, Tailandia 3.0%.

 

Instituciones políticas

Forma de gobierno

 Monarquía constitucional parlamentaria.

Año de promulgación de la Constitución vigente

 1947

Duración constitucional de la legislatura

 4 años

Fiesta nacional

 11 de febrero, Día de la Fundación Nacional.

Fuerzas armadas (1993)

 total de efectivos 237,700 (ejército de tierra 63.1%; marina 18.1%; fuerza aérea18.8%).

Gastos militares como total del pib

 1.0%

Organismos regionales a los que pertenece

 apec

Otros de los organismos internacionales en los que participa

 onu, ocde, Grupo de los 7, omc, fmi.

Principales partidos políticos

 Partido Liberal Democrático, Partido Social Demócrata, Partido Democrático, Partido Comunista, Nuevo Partido del Gobierno Limpio, Partido Liberal, Club Reformista y Voz del Pueblo.

 

Resultados de las elecciones generales de 1990 y 1993

 

Partido 

1990

1993

1990

1993

Partido Liberal Democrático

 46

36.7

 275

 225

Partido Socialista

 24

15.4

 136

 70

Komeito

 8

 8.1

 45

 52

Partido Democrático Social

 5

 3.5

 14

 15

Partido Comunista

 8

 7.7

 16

 15

Shinseito

10.1

55.0

 

Partido del Nuevo Japón 

8.1

36.0

 

Sakigake

 2.6

13.0

 

Otros e independientes 

9

 7.1

 26

 31

 

Primeros ministros japoneses desde 1946

Shigeru Yoshida (liberal)

 1946-1947.

Tetsu Katayama (socialista)

 1947-1948.

Ichiro Ashida (demócrata)

 1948.

Shigeru Yoshida (liberal)

 1948-1954.

Ichiro Hatoyama (liberaldemócrata)

 1954-1956.

Tanzan Ishibashi (liberaldemócrata)

 1956-1957.

Nobusuke Kichi (liberaldemócrata)

 1957-1960.

Hayato Ikeda (liberaldemócrata)

 1960-1964.

Eisaku Sato (liberaldemócrata)

 1964-1972.

Kakuei Tanaka (liberaldemócrata)

 1972-1974.

Takeo Miki (liberaldemócrata)

 1974-1976.

Takeo Fukuda (liberaldemócrata)

 1976-1978.

Masayoshi Ohira (liberaldemócrata)

 1978-1980.

Zenko Susuki (liberaldemócrata)

 1980-1982.

Yashuhiro Nakasone (liberaldemócrata)

 1982-1987.

Noburo Takeshita (liberaldemócrata)

 1987-1989.

Sosuke Uno (liberaldemócrata)

 1989.

Toshiki Kaifu (liberaldemócrata)

 1989-1991.

Kiichi Miyasawa (liberaldemócrata)

 1991-1993.

Morihiro Hosokawa (Partido del Nuevo Japón)

 1993-1994.

Tsuomo Hata (Shinseito)

 1994.

Tomiichi Murayama (socialdemócrata)

 1994-1996.

Ryutaro Hashimoto (liberaldemócrata)

 1996.

Keizo Obuchi (liberaldemócrata)

 1998-.

 

Cronología electoral de Japón desde 1947 (elecciones para integrar la Cámara baja de la Dieta)

1947 25 de abril: Elección de la I Legislatura.

1949 23 de enero: Elección de la II Legislatura.

1952 1 de octubre: Elección de la III Legislatura.

1953 19 de abril: Elección de la IV Legislatura.

1955 27 de febrero: Elección de la V Legislatura.

1958 22 de mayo: Elección de la VI Legislatura.

1960 20 de noviembre: Elección de la VII Legislatura.

1963 21 de noviembre: Elección de la VIII Legislatura.

1967 29 de enero: Elección de la IX Legislatura.

1969 27 de diciembre: Elección de la X Legislatura.

1972 10 de diciembre: Elección de la XI Legislatura.

1976 5 de diciembre: Elección de la XII Legislatura.

1979 7 de octubre: Elección de la XIII Legislatura.

1980 22 de junio: Elección de la XIV Legislatura.

1983 18 de diciembre: Elección de la XV Legislatura.

1986 6 de julio: Elección de la XVI Legislatura.

1990 18 de febrero: Elección de la XVII Legislatura.

1993 18 de julio: Elección de la XVIII Legislatura.

1996 20 de octubre: Elección de la XIX Legislatura.


Bibliografía

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