Sistemas Políticos y Electorales
Contemporáneos
Coordinador de la colección
Pedro Aguirre
2. Segundo sistema (1828-1854)
5. Quinto sistema (1932-a la fecha)
6. Principales características
Uno de los hechos sobresalientes del final del siglo xx es, sin duda, la preeminencia de la democracia sobre el autoritarismo. La extensión y el arraigo de los valores, las instituciones y las prácticas democráticas en el mundo de hoy constituyen, en efecto, un proceso global que, al parecer, se dirige hacia su consolidación. La derrota de los totalitarismos de derecha en la Segunda Guerra Mundial; las transiciones a la democracia en el sur de Europa, en América Latina y en el sudeste asiático a lo largo de los años setenta y los ochenta, y el derrumbe de los regímenes totalitarios de Europa del Este, conocidos como socialismo real, durante el segundo lustro de los ochenta, apuntalaron a las grandes democracias e impulsaron la emergencia de nuevas democracias, transformando de manera radical el mapa geopolítico mundial. Pero sobre todo, apoyado en la globalización de losmedios de comunicación, dicho proceso ha significado un profundo cambio en los valores y las percepciones de las sociedades contemporáneas en favor de los derechos y las libertades fundamentales de la persona, sustento y fin del constitucionalismo democrático.
El éxito de ese proceso de universalización de la democraciano implica, sin embargo, un triunfo definitivo sobre elautoritarismo, ni mucho menos que los retos actuales y los desafíos futuros de las democracias en particular hayan sido resueltos. Losriesgos de involución hacia formas autoritarias de gobierno, en especial en las democracias más recientes y frágiles; las dificultades para emprender o consolidar transiciones democráticas frente a los autoritarismos persistentes y los viejos o nuevos problemas institucionales de las democracias exigen cada día más imaginación y responsabilidad, más conocimientos y participación, más y mejor formación de ciudadanos libres y responsables. Exigen, en suma, una más amplia y sólida cultura democrática.
Es evidente que no hay mejor garantía para la consolidación de la democracia que la formación de una sociedad que conozca y aprecie sus valores, sus instituciones y sus prácticas y que, al mismo tiempo, a través de sus ciudadanas y ciudadanos, de sus diversas organizaciones, de sus partidos políticos y de su gobierno, participe efectivamente en el debate y en la formulación de propuestas frente a los asuntos de interés público propios de la vida democrática. Una sociedad, pues, comprometida con la democracia y su desarrollo.
En ese sentido, el objetivo de la colección Sistemas Políticos y Electorales Contemporáneos es contribuir a la divulgación dela cultura democrática en la sociedad mexicana, mediante el conocimiento de las democracias de nuestro tiempo. Con estacolección, el Instituto Federal Electoral busca poner al alcance del público en general, en especial de los jóvenes que cursan sus estudios de educación media superior y superior, la información y los elementos de análisis necesarios para el conocimiento de los sistemas políticos y electorales de las diversas democracias que existen en el mundo, su diseño constitucional y su forma de gobierno, los principios y los procedimientos que rigen sus elecciones, ysu sistema de partidos.
Con ese fin, la colección ha sido diseñada de tal modo
que permita un estudio comparativo de los sistemas políticos y
electorales considerados. Para ello, cada una de las monografías
tiene la misma estructura: a manera de introducción se presenta
un marco conceptual básico para facilitar la comprensión de las nociones de sistema político, sistema electoral y sistema de
partidos, que son, a su vez, temas tratados en capítulos aparte.
Igualmente, las monografías contienen un anexo estadístico con
datos generales de los países, los resultados electorales y la
composición de los órganos de representación popular, así como una
cronología electoral del país de que se trate.
Instituto Federal Electoral
Para el estudio de los sistemas políticos y electorales contemporáneos se requiere del conocimiento previo de su definición como conceptos y de una explicación sobre su significado. En términos generales se puede decir que el fenómeno político y, en particular, su manifestación en cada comunidad constituye un proceso complejo mediante el cual se toman las decisiones imperativas que la rigen. Pero, ¿cuáles son los elementos que intervienen en ese proceso?; ¿qué relación tienen entre sí?; ¿quiénes toman esas decisiones y con qué atribuciones?; ¿cómo se toman las decisiones imperativas?; ¿qué efectos producen y sobre quiénes? Éstas son, entre otras, las cuestiones que corresponden al estudio de los sistemas políticos y electorales, y en cada caso su respuesta explica o trata de explicar la manera en la que una comunidad específica las ha resuelto o busca resolverlas.
La noción de sistema político se refiere al conjunto de instituciones, organizaciones y procesospolíticosque,caracterizadospor un cierto grado de interdependencia, rigen yconforman la vida política de una determinada comunidad. En este sentido, el estudio sistémico del fenómeno político en cualquier agrupación supone, entre otras exigencias metodológicas, determinar el ámbito del sistema, es decir, señalar sus límites, y comprender los elementos o las partes que lo integran así como las relaciones recíprocas que guardan entre sí. En otras palabras, determinar si los confines del sistema se identifican, por ejemplo, con los del Estado-nación, que es el caso de nuestro tiempo; o si los elementos que lo integran, también como ejemplo, son una Constitución escrita, un Parlamento y partidos políticos.
Para saber cuál es el sistema político de un país se debe considerar si éste tiene un orden constitucional que garantice derechos y libertades a las personas o si se trata de un régimen autoritario; si siendo un Estado constitucional de derecho su forma de gobierno es presidencial o parlamentaria; si sus procedimientos electorales responden al principio de elección por mayoría o al principio de elección proporcional; si existen pocos o muchos partidos y cuál es la fuerza o la representatividad de cada uno de ellos, entre otros rasgos característicos. Si se responden estas cuestiones, aunque sea en forma básica, se puede decir que se conocen los elementos que conforman un determinadosistema político y las relaciones que dichos elementos guardan entre sí.
A partir del sistema político, y conforme a la metodología sistémica, los sistemas electorales y de partidos pueden ser considerados como subsistemas del primero. Esto significa que si bien su estudio puede tener mayor o menor grado de autonomía, ésta no es total en la medida en que sus relaciones con el conjunto del sistema político con los principios constitucionales fundamentales o con la forma de gobierno, por ejemplo_ suponen la existencia de factores externos al subsistema que producen distintos efectos sobre ellos. No obstante esa consideración, es evidente que los sistemas electorales y de partidos constituyen en sí mismos un objeto de estudio.
La noción de sistema electoral tiene dos acepciones: en sentido amplio, como sinónimo de derecho electoral o régimen electoral, es decir, el conjunto de normas, instituciones y procedimientos que regulan la organización de las elecciones, la integración de los órganos de representación popular y, generalmente, a los partidos políticos; y en sentido estricto, como los principios y los métodos utilizados para convertir los votos en escaños, es decir, como el procedimiento técnico de la elección por medio del cual la voluntad de los ciudadanos manifestada en las urnas se traduce en representación política en un Parlamento.
Por su parte, la noción de sistema de partidos se refiere a la forma en la que las organizaciones partidistas interactúan entre sí o, en su caso, a la forma en la que un solo partido actúa dentro de un régimen representativo. En este sentido, se puede hablar de un sistema de partidos competitivo, de un sistema de partido hegemónico, o de un sistema bipartidista o multipartidista, por citar las características más relevantes.
Como se ha señalado, la colección Sistemas Políticos y Electorales Contemporáneos se ocupará de las democracias de nuestro tiempo y, por lo tanto, hará referencia a países organizadosbajo un régimen constitucional democrático. ¿Qué significa esto?; ¿qué es el constitucionalismo?; ¿qué formas de gobierno han sido adoptadas dentro del constitucionalismo?; ¿cuáles son los distintos principios electorales para la integración de los órganos de representación popular en las democracias representativas?
Con el propósito de ofrecer los elementos necesarios para la mejor comprensión de cada uno de los sistemas políticos y electorales incluidos en este esfuerzo editorial, a continuación se tratará de dar respuesta en forma breve y sencilla a estos cuestionamientos a través de una serie de definiciones básicas.
El constitucionalismo es el producto político y jurídico del triunfo del pensamiento liberal frente al absolutismo y los autoritarismos. En ese sentido, el constitucionalismo tiene como razón de ser y como fin la limitación del poder público y la garantía de los derechos fundamentales de las personas, a través de la subordinación del poder a la ley. De allí que sus principios más importantes sean la división del poder político, para crear un sistema de controles y contrapesos entre los distintos órganos del Estado, y el control sobre la constitucionalidad de los actos de la autoridad, para garantizar los derechos fundamentales, establecidos en la Constitución, delas personas frente al poder público.
El constitucionalismo democrático es, en consecuencia, un régimen político y jurídico en el que, además de establecer límites al poder público y garantías para los derechos de las personas, los órganos de gobierno deben ser populares, es decir, deben expresar el principio de gobierno del pueblo conforme al significado etimológico de la democracia. Ahora bien, en la medida en que las sociedades modernas, por su dimensión y complejidad, no permiten el ideal clásico del gobierno directo del pueblo, la democracia moderna ha sido representativa, es decir, gobierno del pueblo a través de sus representantes, cuestión que veremos en seguida. Pero, en síntesis, el constitucionalismo democrático puede definirse hoy como un sistema político con división de poderes, garantías individuales y órganos de gobierno de representación popular.
Ahora bien, un régimen constitucional democrático puede adoptar distintas formas o sistemas de gobierno. Los dos másimportantes son el presidencial y el parlamentario, y si bien dentro de ellos existen diversas modalidades e incluso un sistemahíbrido o mixto que toma elementos de ambos _es el caso del semipresidencialismo francés_, lo cierto es que cada uno tiene elementos característicos, los cuales se pueden resumir en los siguientes términos.
En un sistema presidencial:
El presidente es, a la vez, jefe de Estado y jefe degobierno.
La elección del presidente es directa o semidirecta (es el caso de Estados Unidos).
El jefe de gobierno y su gabinete no son designados o removidos por el órgano parlamentario sino por el propio presidente.
Los poderes Ejecutivo y Legislativo están claramente separados.
En un sistema parlamentario:
El jefe de Estado y el jefe de gobierno son personas distintas (en las monarquías parlamentarias, como Gran Bretaña, el rey es el jefe de Estado).
Los miembros del Parlamento son elegidos por el voto popular.
El jefe de gobierno y el gabinete son designados y pueden ser removidos por el Parlamento.
Los poderes Ejecutivo y Legislativo no están separados; por el contrario, se comparten.
En los dos sistemas hay un proceso de elección popular para la integración de los poderes públicos. Dicha elección se realiza y se convierte en representación política mediante un sistema electoral; cabe recordar, en este punto, que la nociónde sistemaelectoral, en sentido estricto, se refiere a los principios y a losmétodos utilizados para convertir los votos en escaños, es decir, para traducir la voluntad ciudadana en representación política. Existen dos grandes sistemas electorales, el de mayoría y el proporcional, cada uno de ellos con diversas modalidades y fórmulas de asignación de escaños, así como un sistema mixto que combina los principios de ambos. En términos generales, dichos sistemas se pueden describir de la siguiente manera.
En los sistemas de mayoría:
Se busca formar una mayoría en los órganos de representación popular que garantice estabilidad y gobernabilidad, aun a riesgo de fomentar sobre o subrepresentación en el Parlamento; por ejemplo, que un partido político obtenga un porcentaje de escaños o curules sensiblemente mayor o menor al porcentaje de la votación que haya obtenido. En este caso se privilegia la gobernabilidad sobre la representatividad.
El ganador de la elección en el ámbito territorial-poblacional donde se realice la elección se queda con toda la representación, es decir, gana todo; por ejemplo, en un distrito electoral se elige a un solo diputado.
Los partidos presentan candidatos individuales y el elector sólo tiene una opción.
En los sistemas proporcionales:
Se busca que los órganos de representación popular sean lo más representativos posible de la voluntad ciudadana, es decir, de los porcentajes de votación obtenidos por cada partido, aun a riesgo de generar una fragmentación en la composición del Parlamento que dificulte la estabilidad y la gobernabilidad; por ejemplo, que un Parlamento, al reflejar con exactitud los porcentajes de la votación obtenidos por los distintos partidos políticos, se fragmente de tal modo que la formación de una mayoría que legisle o integre el gobierno (en el caso de un sistema parlamentario) resulte imposible; en este caso se privilegia la representatividad sobre la gobernabilidad.
Se elige a dos o más representantes en el ámbito territorial-poblacional en el que se realice la elección y, por lo tanto, el triunfo es compartido según los porcentajes de la votación; por ejemplo, de una circunscripción electoral pueden surgir diez diputados.
Las candidaturas de los partidos no son individuales sino que se presentan en listas.
Antes de concluir es importante señalar que el caráctergeneral de los contenidos de esta introducción sirve, como se apuntó,para ofrecer los elementos básicos que permitan una mejor comprensión de los sistemas políticos y electorales específicos que constituyen el objeto de la colección. En cada caso se tratarán en detalle las características y las modalidades de los distintos países considerados.
Estados Unidos de América es una república presidencial federal compuesta por 50 estados. Cuenta con una constitución que data de 1789, la cual ha sido objeto de 26 enmiendas en más de 200 años.
El gobierno estadounidense está diseñado conforme a la división tripartita de poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, que es la base de su sistema de checks and balances (controles y balances). En cuanto a los estados, cada uno cuenta con una constitución propia, división de poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) y amplio margen de autonomía política y administrativa derivadas del federalismo que impera en el país.
El sistema político de Estados Unidos ha conocido una estabilidad casi permanente a lo largo de su historia, salvo por la etapa de la guerra civil desatada tras el triunfo electoral de Abraham Lincoln en 1860. No obstante, cabe resaltar que pese al conflicto armado, en esa época se llevaron a cabo elecciones presidenciales y parlamentarias.
El Poder Ejecutivo está encabezado por el presidente de los Estados Unidos de América, electo cada cuatro años. Sus funciones incluyen las de jefe de Estado y de gobierno. La elección del titular del Ejecutivo se realiza de forma indirecta, mediante la selección, por parte de los ciudadanos, de 538 electores, quienes son los encargados de designarlo. El primer mandatario tiene la posibilidad de reelegirse para el cargo, aunque esta facultad fue restringida en 1951 cuando se estableció la reelección limitada a un único periodo.
Dentro de las facultades del presidente están la de fungir como comandante en jefe de las fuerzas armadas, así como la de conducir la política exterior del país. Puede firmar tratados internacionales, los cuales deben ser ratificados por el Senado. También puede proponer a los embajadores en el extranjero que, como en el caso de los tratados internacionales, deben ser ratificados por la Cámara alta.
En cuanto a sus atribuciones como jefe de gobierno, el presidente es responsable del Poder Ejecutivo y, como tal, tiene la libertad para proponer a todos los integrantes de su gabinete. Adicionalmente, tiene la facultad de nombrar y remover a los titulares de los distintos departamentos y agencias gubernamentales, por lo que éstos le deben una obediencia absoluta.
Por otra parte, tiene la facultad de iniciativa, es decir, puede proponer proyectos de ley para que sean sometidos a discusión y, en su caso, aprobación en el Congreso, así como el derecho a vetar las leyes que apruebe el Legislativo, aunque este veto es restringido, pues puede ser superado por el voto de las dos terceras partes de los miembros de cada una de las dos cámaras, en caso de que éstas resuelvan ratificar en sus términos la ley. Por otra parte, el presidente puede ser sometido a juicio político y removido por el Poder Legislativo si se comprueba que incurrió en traición a la patria, actos de corrupción u otros crímenes graves durante su mandato.
Electo en la misma planilla junto con el titular del Ejecutivo, el vicepresidente actúa como sustituto inmediato de éste en caso de ausencia total debida a remoción, muerte o renuncia. Generalmente, los candidatos a presidente eligen a su compañero de fórmula, decisión que debe ser ratificada por la Convención Nacional desu partido. El compañero de fórmula ha sido tradicionalmente escogido con base en consideraciones relacionadas con el mantenimiento del equilibrio entre las facciones hacia el interior del partidoyno necesariamente debido a sus méritos.
Históricamente, el vicepresidente ha tenido una función de segundo plano, sin un peso político relevante, aunque han habido excepciones. Al respecto, cabe recordar las palabras del primer vicepresidente de la historia de Estados Unidos, John Adams, quien encontró la vicepresidencia "demasiado inactiva e insignificante".
Dentro de las funciones del vicepresidente está la de ser presidente del Senado, aunque acude a este órgano sin posibilidad de voto, salvo en caso de empate.
Estados Unidos cuenta con un Poder Legislativo bicameral, compuesto por el Senado, o Cámara alta, y por la Cámara de Representantes, o Cámara baja.
La Cámara alta está integrada por 100 miembros electos por los estados de la Federación, para un mandato de seis años. Pueden ser reelectos de forma ilimitada. Cada estado elige dos representantes al Senado, sin tomar encuenta el tamaño de su territorio o el número de habitantes. La Cámara alta se renueva por tercios.
Por su parte, la Cámara de Representantes cuenta con 435 miembros, electos mediante sufragio universal. Para esta elección, el país se divide en igual número de distritos electorales conforme a un criterio poblacional. El encargo de los representantes es de dos años y tienen también la posibilidad de reelegirse en forma ilimitada. La Cámara baja se renueva en su totalidad cada dos años, a menos que existan bajas de algunos de sus miembros, en cuyo caso se pueden presentar elecciones especiales para cubrir las vacantes conocidas como by-elections.
Para el cumplimiento de sus múltiples atribuciones, ambas cámaras se dividen en distintos comités, que son responsables de estudiar y aprobar las iniciativas y propuestas relativas a su especialidad antes de ser llevadas al pleno de la Cámara respectiva.
En cuanto a la aprobación de las leyes, el sistema estadounidense requiere que la iniciativa correspondiente sea discutida y aprobada en el pleno de ambas cámaras para después ser promulgada, o en su caso vetada, por el titular del Ejecutivo. Respecto a las enmiendas constitucionales, se requiere el voto aprobatoriode una mayoría calificada de dos terceras partes de los miembros de cada una de las cámaras del Congreso, así como su ratificación por una mayoría de tres cuartas partes de las legislaturas locales.
Dado el sistema electoral estadounidense, de mayoríasimple (como en el caso del Reino Unido), y el carácter descentralizado de sus dos partidos políticos, es común que los representantes y senadores gocen de un amplio margen de independencia en el ejercicio de su voto. Así, al contrario de lo que sucede en otros Estados que utilizan este sistema, la disciplina de partido de los legisladores estadounidenses es más laxa.
A diferencia de otras naciones, en donde el Poder Judicial no parece contar con la misma importancia que los demás poderes, a lo largo de la historia de los Estados Unidos el Poder Judicial, en particular la Suprema Corte, ha jugado un papel destacado en el sistema de checks and balances, dictando sentencias en todos los órdenes de la vida pública y privada, en cuestiones tan importantes como el federalismo, los derechos civiles, las relativas a la pena de muerte y al aborto, además en asuntos como las restricciones a las atribuciones del titular del Ejecutivo. Su función como máximo intérprete de la Constitución otorga a este tribunal facultades extraordinarias y puede declarar inconstitucionales cualquiera de los actos de los miembros de los poderes federales y locales.
El Poder Judicial Federal de Estados Unidos está compuesto por la Suprema Corte de Justicia y por diversas cortes subsidiarias. La Suprema Corte de Justicia es el más alto tribunal del país y es el único órgano judicial mencionado en la Constitución. Se integra por nueve ministros electos de forma vitalicia a propuesta del titular del Ejecutivo y con la aprobación por mayoría calificada de dos terceras partes del Senado.
En el territorio estadounidense existen 12 circuitosfederales, en cada uno de los cuales existe una Corte de Apelación para casos relacionados con leyes federales, delitos cometidos en dos o más estados, así como casos civiles y mercantiles que involucren leyes o ciudadanos de distintos estados. Además, existen 94 Cortes Federales de Distrito, que son los tribunales de primera instancia en relación con los litigiosfederales.
Por su parte, los estados cuentan con cortes supremas, así como con distintos tribunales que manejan la mayoría de los litigios civiles y penales. Cada estado cuenta con legislación propia, así como con su barra de abogados que certifica a los litigantes que pueden ejercer en la jurisdicción correspondiente.
Por lo general, se ha considerado a Estados Unidos como el primer Estado en donde se utilizó con éxito el sistema federal como forma de gobierno. En efecto, la Constitución estadounidense contempla este sistema en virtud del cual los estados miembros de la Federación ceden o renuncian a una parte de su soberanía para otorgarla al Estado federal. La cláusula federal, incluida en la Constitución, indica que cualquier asunto no delegado expresamente a la Federación es jurisdicción de los estados, en cuanto se considera que las facultades originarias corresponden a éstos.
Como ya se señaló, cada uno de los estados cuenta con su propia Constitución. Además, los gobiernos estatales reflejan la división de poderes de la Federación. Cuentan con un Poder Ejecutivo, en manos del gobernador de cada estado, quien es electocada cuatro años conforme a la legislación electoral local, salvo en los casos de Rhode Island, Vermont y Nueva Hampshire en donde se verifican elecciones gubernamentales cada dos años. En cuanto al Poder Legislativo, excepto en Nebraska _donde existe una sola Cámara_ en el resto de los estados de la Federación existen legislaturas bicamerales.
En atención a la experiencia del gobierno de las trece colonias, el Congreso Constituyente de Filadelfia diseñó un sistema que aseguraría la fortaleza de la Unión, pues atribuyó autonomía a cada uno de los estados en la mayoría de los asuntos locales. Así, la Constitución señala que cada ciudadano es súbdito de su estado y de la Unión, y especifica que los asuntos relacionados con el correo, el comercio internacional, la defensa y la política exterior son competencia del gobierno federal.
En principio, parecería que cada estado de la Federación goza de una autonomía irrestricta respecto a la forma de regular las elecciones federales en su territorio. En efecto, el artículo II, sección primera, de la Constitución brinda a los estados la autoridad para determinar la forma en que se selecciona a los delegados al Colegio Electoral. En el mismo sentido, el artículo I, sección 4, otorga a las legislaturas estatales el poder para definir la fecha, lugar y forma de llevar a cabo elecciones para senadores y representantes locales. Por otra parte, a pesar de que la enmienda 17 constitucional (que estableció la elección directa de los senadores) señalaba una restricción en virtud de la cual los requisitos para participar en las elecciones federales no podrían ser mayores a losutilizados para las elecciones locales, lo cierto es que estos requisitos eran objeto de la legislación de cada uno de los estados y no de la Federación.
Sin embargo, en la década de los setenta se modificaron las reglas. En primer lugar, se adoptaron distintas enmiendas constitucionales. Las enmiendas 24 y 26 lograron abolir el Poll Tax (impuesto para votar) como requisito para ejercer el sufragio y redujeron la edad para ejercer el voto de 21 a 18 años. En segundo lugar, el poder de los estados para legislar respecto a los procesos electorales se vio reducido luego de la aprobación de una serie de leyes federales relativas a los derechos de los electores (1965 y 1970) en virtud de las cuales se eliminaron la prohibición a ejercer el voto a los analfabetas y las restricciones para registrarse en el padrón respectivo. Por último, la Suprema Corte contribuyó a fortalecer el poder de la Federación para controlar los procesos electorales mediante diversas interpretaciones al texto constitucional. Por todo esto se puede concluir que el poder delos estados para legislar en materia de elecciones federales ha sido severamente reducido.
Por otra parte, es importante recordar los importantescambios que se llevaron a cabo respecto a los derechos de loselectores desde el establecimiento de la Federación. Asimismo, la extensión del voto en beneficio de mayores capas de la población significó un aumento importante en la participación en los comicios federales: en 1920 se adoptó la enmienda 19 constitucional, que otorgó el derecho al voto a las mujeres en las elecciones federales y locales, y la enmienda 26, aprobada en 1971, redujo, como ya se mencionó, la edad para acceder al voto de 21 años a 18.
En relación con las elecciones para la Cámara de Representantes, Estados Unidos utiliza el sistema de mayoría relativa en circunscripciones uninominales, es decir, que triunfa aquel candidato que haya obtenido la mayoría de votos en su respectivo distritoelectoral, sin que exista forma alguna de elección por representación proporcional.
En la actualidad existen 435 distritos electorales, que responden al doble criterio de un representante por cada 500 mil habitantes y por lo menos un representante por estado. Cada 10 años se lleva a cabo un censo que sirve como base para evaluar y corregir la distribución de los distritos electorales.
Las elecciones para renovar a la Cámara de Representantes se realizan cada dos años, el primer martes de noviembre de los años pares.
Por su parte, el Senado, que está integrado por dos miembros de cada uno de los estados de la Federación (100 en total), se renueva por tercios cada dos años. Las elecciones se llevan a cabo en la misma fecha que las de la Cámara baja, también bajo el principio de mayoría.
Durante el Congreso Constituyente hubo una importante discusión respecto al método a utilizar para la selección del titular del Poder Ejecutivo. En este contexto, cabe destacar el análisis deAlexander Hamilton, quien advertía la importancia de "dar la menor oportunidad posible al tumulto y al desorden" en la elección del primer magistrado. La selección del presidente por el Congreso, señalaba, invitaría a la "intriga y a la corrupción", mientras que la elección directa podría exponer el proceso a los vaivenes de la "emoción de las masas". Sostenía que la elección del presidente debería hacerse por un número reducido de individuos electospor sus conciudadanos. Este cuerpo de electores sería mucho menos vulnerable frente a la agitación y los movimientos violentos.
Esta visión triunfó y desde la primera elección en la historia del país el presidente de Estados Unidos es designadomediante el voto indirecto de los ciudadanos, quienes eligen delegados al Colegio Electoral, el cual es, a su vez, el órgano encargado de designar por el voto mayoritario de sus miembros al presidente.
El Colegio Electoral se conforma por electores de cada estado, con un número igual al total de representantes de cada estado al Congreso de la Unión, es decir, la suma entre diputados (representantes) y senadores. A partir de 1965 se aprobó la enmienda 23 a la Constitución, en virtud de la cual el Distrito de Columbia (Washington, D.C.) cuenta con tres delegados al Colegio Electoral aunque, es importante aclarar, no cuenta ni con senadores ni con representante en el Congreso. Los estados con mayor número de votos en el Colegio Electoral son California (54), Nueva York (33), Texas (32), Pennsylvania (23) e Illinois (22); mientras que Alaska, Delaware, el Distrito de Columbia, Montana, Dakota del Norte, Dakota del Sur, Vermont y Wyoming cuentan con sólo tres votos electorales cada uno.
En la actualidad se eligen 538 miembros al Colegio Electoral. Así, los ciudadanos de cada uno de los estados y del Distrito de Columbia eligen a una planilla de electores que estén comprometidos con alguno de los distintos candidatos a la presidencia. En la gran mayoría de los estados el candidato que obtenga mayor número de votos se lleva la totalidad de la planilla, mientras que en los estados de Nebraska y Maine se dispone que el partido que obtenga el mayor número de votos habrá de contar con dos delegados al Colegio Electoral, en tanto que los demás se definiránde acuerdo con los resultados en cada uno de los distritos electorales.
El resultado de este sistema de elección hace que el votopopular pase a un segundo plano. En teoría, es perfectamente posible que un candidato obtenga la presidencia con menos votos que alguno o algunos de sus contrincantes. Sin embargo, casi siempre el candidato triunfador ha gozado del apoyo de la mayoría de la población, como ha sido el caso en todos los comicios presidenciales de este siglo.
Cabe aclarar que el porcentaje del voto popular pocas veces coincide con el resultado en el Colegio Electoral. Así, en 1976 resultó triunfador James Carter con 50.1% del voto popular ycon más de 55% de los votos en el Colegio Electoral (297); en 1980, Ronald Reagan obtuvo la victoria con 50.7% del sufragio popular y casi 91% de los votos en el Colegio Electoral; el propio Reagan triunfó en 1984 con 58.8 y 97% de los votos respectivamente. En 1988 triunfó el también republicano George Bush con 53.4% del voto popular y 79% de las preferencias en el Colegio Electoral. En 1992, el triunfo fue para el demócrata William Clinton con 43% de las preferencias a nivel nacional y 68% de los votos de los delegados al Colegio Electoral. Clinton repitió en la siguiente elección con 49.2 y 70% de los votos. Quizás el ejemplo contemporáneo más claro es el de la elección de 1960, en donde John F. Kennedy, quien obtuvo tan sólo 0.2% más que Richard Nixon en las preferencias del voto popular, obtuvo una clara mayoría en el Colegio Electoral (más de 56%).
Un candidato a la presidencia obtiene la victoria con la mayoría absoluta en el Colegio Electoral, es decir, con 270 votos (50% más uno de los 538 votos posibles). Al respecto, cabe señalar que no existe obligación jurídica alguna para los delegados electos al Colegio Electoral para respetar su mandato en las urnas. Es teóricamente posible, en el extremo, que la totalidad de los delegados del partido "X" voten por el candidato del partido "Y" en el Colegio Electoral, sin que exista responsabilidad legal paraellos. En la práctica, sólo en tres ocasiones en los últimos 25 años un delegado de un partido ha votado por el candidato del otro.
A pesar de que algunos de los principales precursores de la Independencia de Estados Unidos, como George Washington, Alexander Hamilton y Thomas Jefferson, creían que la presencia de partidos en el sistemapolítico estadounidense sería motivo de divisiones innecesarias, lo ciertoes que en la actualidad en este país se ha consolidado un sistema bipartidista. El sistema de partidos políticos data de 1788 y tiene como primer referente las diferencias de opinión entre los principales colaboradores delpresidente Washington. A partir de entonces, el sistema partidista estadounidense ha conocido cinco etapas.
Los partidos políticos en Estados Unidos surgieron de la división entre Hamilton y Jefferson durante la administración de George Washington. A medida que el conflicto _que residía en temas presupuestales_ se intensificaba, ambos recurrieron a sus aliadosen el Congreso y en la propia administración para buscar el apoyo necesario a fin de imponer su visión económica. De esa manera, los partidos estadounidenses nacieron a raíz de las divisiones internas dentro de la clase política y no a partir de distintas convicciones ideológicas, como en la mayoría de los casos de Europa occidental.
El grupo de Jefferson fue el primero en nominar y dar apoyo a sus correligionarios para las elecciones al Congreso y a la presidencia, en un primer momento, y después para los distintos cargos de elección popular a nivel estatal. Por su parte, los federalistas, guiados por Hamilton y John Adams, que habían sido reacios a nominar formalmente a los miembros de su agrupación, se vieron obligados a seguir este patrón y a realizar campañas políticas en toda forma para obtener el apoyo del electorado.
Esta división se escenificó en el Congreso a través de los bloques federalista y demócrata-republicano. Los primeros, guiados por Hamilton y Adams, estaban en favor de un gobierno central poderoso, apoyaban la relación con Inglaterra y se pronunciaban por una economía que protegiera los intereses de los empresarios estadounidenses. En general, este bloque estaba compuesto por las élites gobernantes de los estados, así como por las clases altas y empresariales. Por su parte, los demócrata-republicanos, guiados por Jefferson, eran apoyados por las clases menos poderosas. Se pronunciaban en favor de un gobierno federal sin tanta fuerza y apoyaban los intereses de los agricultores. Respecto a sus alianzas con el extranjero, se inclinaban por una relación con la Francia revolucionaria.
Después de su derrota en 1800, los federalistas sufrieron un declive importante como resultado de su poca capacidad para realizar campañas populares y atractivas para la mayoría de la población. Este declive fue profundizándose hasta quefinalmente desaparecieron a nivel nacional en 1816, a pesar de que siguieron teniendo alguna influencia en estados como Massachusetts y Delaware.
A partir de entonces se vivió una época de "bienestar" en la que, para efectos prácticos, no existía un sistema de partidos pues todos los integrantes del Congreso se reconocían como republicanos. Por lo anterior, no existió en ese tiempo una disciplina de partido, sino distintas visiones de las facciones al interior del mismo. Más adelante, en el marco de la elección de 1824, losconflictos entre las distintas facciones se agudizaron pues cada una intentaba que su candidato obtuviera la nominación del partido para la presidencia. Finalmente, la administración de John Quincy Adams se vio envuelta por una constante lucha entre los distintos grupos al interior de los demócrata-republicanos.
Dos de las características propias de este primer sistema de partidos fueron, por un lado, el hecho de que en esa época no existían tradiciones ni filiaciones partidistas en la población, al no haber lealtades partidarias que permitieran un voto "duro" para los partidos y, por el otro, que la organización de los mismos era rudimentaria.
2. Segundo sistema (1828-1854)
La elección de Andrew Jackson en 1828, y su reelección en 1832, se dieron bajo la intensa lucha entre las dos facciones más importantes de los demócrata-republicanos. Los seguidores de Jackson crearon formalmente el Partido Demócrata en 1832, mientras que para 1834 las pugnas derivaron en la creación de un nuevo partido, el de los whigs.
El segundo sistema de partidos se dio en el contexto de una creciente participación política por parte de la población. En principio, las restricciones a la votación que impedían ejercer el derecho a los que no poseían propiedades fueron suprimidas, se realizaron elecciones internas nacionales para elegir a los candidatos presidenciales y los niveles de votación aumentaron considerablemente (de 26.9% en 1824 a 78.9% en 1848).
En las décadas de los treinta y cuarenta, los demócratas y los whigs se convirtieron en verdaderos partidos nacionales. A pesar de que los demócratas se mantuvieron como el primer partido (obtuvieron el control del Congreso en nueve de 11 legislaturas), los whigs lograron situarse como una alternativa viable en todos los estados. En esta etapa, los dos partidos políticos no se distinguían claramente en relación con sus propuestas políticas.
Ambos funcionaron como coaliciones amplias que lograron aglutinar los intereses de agricultores y empresarios, nacionalistas, inmigrantes, católicos, protestantes, etcétera. Esto ayudó a que las dos agrupaciones pudieran competir de forma exitosaenlas distintas regiones del país. No fue sino hasta que el debate sobre la esclavitud se generalizó, en los años cincuenta del siglo pasado, que los partidos se vieron obligados a tomar una posición, hecho que derivó en el tercer sistema de partidos.
Durante las décadas de los cuarenta y cincuenta del siglo pasado, el sur aumentó considerablemente sus diferencias con el resto de la Federación. Mientras que el norte, industrializado, urbanizado y racialmente heterogéneo, favorecía la abolición de la esclavitud, el sur mantenía una economía básicamente agraria y permanecía firme en la defensa de la esclavitud, negando el carácter de humanos a miles de hombres y mujeres. Además, debido a la expansión de la Federación hacia el oeste, el Congreso se veía en la necesidad de decidir si los nuevos territorios deberían aceptar la institución de la esclavitud o no, lo que ocasionó constantes yprofundas divisiones entre las dos regiones. Como resultadode esta creciente tensión, los partidos Whig y Demócrata se vieron radicalmente transformados.
Por una parte, el Partido Demócrata contaba con lainfluencia en el Congreso de importantes representantes sureños. Esto hacía que la mayoría legislativa apoyara mantener el balance de fuerzas entre los territorios que permitían la esclavitud y los abolicionistas. Por otra parte, el proceso de nominación en la Asamblea Nacional exigía una mayoría calificada de dos terceras partes, por lo que esta especie de impasse ocasionó que el partido pudiera nominar únicamente a candidatos poco carismáticos como Franklin Pierce (1852) y James Buchanan (1856).
En lo que respecta al Partido Whig, éste no pudo soportar las presiones generadas a su interior debido al debate sobre la esclavitud, por lo que se disolvió en 1856.
Mientras tanto, en 1854 se formó el Partido Republicano, integrado por abolicionistas y por disidentes norteños de los partidos Whig y Demócrata. El partido apoyaba la abolición de la esclavitud y estaba a favor de que se detuviera su expansión en los nuevos territorios anexados a laFederación. De esta manera, en la elección de 1856 ocupó el segundo lugar con John C. Fremont como candidato.
En las elecciones de 1860 el voto popular se dispersó aún más con la participación de cuatro candidatos, los dos primeros con influencia en el norte y los otros dos en el sur. Mientras que en el norte la elección fue disputada entre el candidato de los demócratas de esa región, Stephen A. Douglas, y el republicano Abraham Lincoln _quien fuera whig hasta la disolución de ese partido_, en el sur el candidato de los demócratas, el esclavista John C. Breckenridge, confrontó al ex whig John Bell. Ninguno logró obtener una mayoría absoluta; sin embargo, fue electo Abraham Lincoln con 39.8% del voto popular y con 59.4% de losvotos en el Colegio Electoral.
Entre 1864 y 1876 los republicanos dominaron el escenario electoral. Fortalecidos por el triunfo en la Guerra Civil, así comopor distintas leyes en favor de los agricultores, lograron el apoyode la mayoría del norte y de la población en los territorios anexados.Por otra parte, los demócratas mantuvieron su fuerza en el suryelapoyo de la mayoría de los inmigrantes, sobre todo los de origencatólico.
Entre 1874 y 1896 los dos partidos se alternaron el controlde la presidencia y del Congreso, aunque fueron los republicanos los que dominaron durante dicho periodo.
Además de que en esta época se conformó el escenario partidista actual, el tercer sistema de partidos que se desarrolló entonces tuvo otras dos notables contribuciones. La primera consistió en que durante este periodo aparecieron grandes maquinarias electorales en los estados del Atlántico medio, que resultaron altamente eficaces para controlar las votaciones al interior de los partidos, así como para movilizar a sus simpatizantes el día de las elecciones. La segunda se refiere a los importantes cambios introducidos en la legislación electoral, en virtud de los cuales se adoptó la "boleta australiana", es decir, la decisión de que las boletas utilizadas para las elecciones no serían en adelante producidaspor los distintos partidos sino por el gobierno y, en el mismo sentido, la adopción de medidas que garantizaran que el voto de los ciudadanos fuera secreto.
En el periodo de 1896 a 1928, Estados Unidos vio radicalmente alterada su composición social. El paso a una sociedad preeminentemente industrial, la modernización de las comunicaciones, así como la aparición de grandes corporaciones petroleras y de ferrocarriles, transformaron los intereses de los partidos políticos en la búsqueda por ganar la confianza de esta nueva sociedad.
La aparición del Partido del Pueblo, que en 1892 obtuvo más de un millón de votos y 23 votos en el Colegio Electoral, influyó en forma importante en las plataformas electorales de los demócratas y los republicanos. A pesar de que esa nueva agrupación no logró mantenerse en el espectro político estadounidense, obtuvo mediante propuestas de corte populista el apoyo de una gran cantidad de agricultores que veían sus intereses comprometidos frente al crecimiento de la ola urbana.
Este sistema se caracterizó por un fuerte dominio del Partido Republicano. Al contrario del tercer sistema, en donde la diferencia del voto popular había sido mínima _en 1880, 1884 y 1892 fue de menos de un punto porcentual_ durante el cuarto sistema los republicanos promediaron el 57.7% del voto popular, mientras que los demócratas obtuvieron casi 15 puntos porcentuales menos que sus contrincantes. Durante este periodo, el Partido Demócrata conquistó sólo en una ocasión la presidencia (Woodrow Wilson, 1912). Este fenómeno se observó también en las elecciones locales, en donde hubo claras diferencias regionales en el apoyo de los electores. Mientras que los demócratas tuvieron un incremento en sus resultados electorales en el sur, el Partido Republicano obtuvo abrumadoras victorias en la mayoría de los estados del norte y oeste.
Dos son las principales aportaciones de este periodo alsistema electoral estadounidense. En primer lugar, durante esta época se instituyeron las elecciones primarias para la nominación de candidatos, lo que favoreció a los aspirantes que tuvieran mayor contacto con los electores; asimismo, se estableció la elección primaria para la candidatura a la presidencia. En segundo lugar, hubo más leyes que regulaban la estructura de los partidos políticos y se aprobaron nuevos cuerpos legales para regular el financiamiento de las campañas electorales.
5. Quinto sistema (1932-a la fecha)
La Gran Depresión de finales de los años veinte y la década de los treinta propició el declive del Partido Republicano. Para las elecciones de 1932, el Partido Demócrata logró conformar una amplia coalición que le permitió no sólo triunfar en las elecciones sino convertirse en el partido dominante durante las siguientes décadas. El New Deal (nuevo trato) de Franklin D. Roosevelt, candidato presidencial en ese año, logró cohesionar a grupos tan dispares como las distintas minorías raciales y religiosas, habitantes del sur del país _muchos de ellos partidarios de la suprema-cía blanca_ trabajadores urbanos, inmigrantes y sindicalistas. El New Deal implementó la versión estadounidense del Estado de bienestar, favoreciendo un importante cambio social en la vida del país.
Esta coalición fue determinante para que los demócratas triunfaran en las cinco elecciones presidenciales entre 1932 y 1948, así como para que retuvieran el control del Congreso, salvo en el caso de 1946.
Durante la segunda mitad de este siglo, se ha observado una alternancia balanceada en la presidencia entre los republicanos (1952-1960, 1968-1976 y 1980-1992) y los demócratas (1960-1968, 1976-1980 y 1992-2000).
Durante la década de los ochenta, la crisis del Estado de bienestar permitió que el Partido Republicano, con un nuevo discurso de corte neoliberal, se mantuviera en la presidencia durante doce años. Las propuestas republicanas prometían la recuperación económica del país, para ese entonces afectado por la recesión. Cabe aclarar, sin embargo, que durante la mayor parte de esa época el Partido Demócrata ejerció el control del Congreso.
No fue sino hasta 1992 que los demócratas volvieron a la Casa Blanca, con la aparición de una nueva generación de políticos de corte moderado encabezados por el presidente William Clinton, quien triunfó en las elecciones de 1992 y 1996.
6. Principales características
La primera enmienda a la Constitución estadounidense consagró la libertad de asociación que protege, entre otras formas de agrupación, a los partidos políticos. Mientras los estados regulan a los partidos en temas como las elecciones primarias, nominación y elección de delegados al Colegio Electoral y derecho de participación de los candidatos, existen leyes federales que regulan diversos aspectos de la elección presidencial, financiamiento de campañas y acceso a medios.
El sistema electoral de Estados Unidos (mayoría de votos en circunscripciones uninominales) ha actuado como un mecanismo inhibitorio de la formación de terceros partidos. A diferencia de los sistemas electorales basados en el principio de representación proporcional, el de mayoría dificulta el camino para que pequeñas agrupaciones puedan obtener los suficientes votos como para adquirir una presencia nacional. Así, todos los intentos por establecer un tercer partido a lo largo de la historia estadounidense han fracasado, salvo en el caso del surgimiento de los republicanos, que tomaron el lugar del Partido Whig.
El sistema de partidos estadounidense es poco ideologizado y cuenta con una mínima estructura nacional. A diferencia de otros sistemas, en donde existen partidos identificados claramente con las distintas ideologías imperantes, desde la aparición de los partidos en Estados Unidos no han existido signos que identifiquen a estas agrupaciones con una cierta clase social o forma de concebir la política. Al contrario, los partidos políticos se asemejan más a una coalición de intereses diversos, unidos durante los procesos electorales para asegurar el acceso a los órganos de elección popular.
Ninguno de los partidos cuenta con una estructura nacional vertical o centralizada, sino que más bien se basan en las instancias locales para definir los métodos de elección de candidatos a los distintos cargos y a la Asamblea Nacional del partido, así como en las políticas locales.
Fuera de la Convención Nacional, que cada cuatro años elige a la planilla que habrá de competir en las elecciones presiden
ciales y aprueba la plataforma electoral del partido, no existe otra instancia partidista formal que determine las líneas, postulados y plataforma de los dos partidos. Por otra parte, al contrario de lo que sucede en otros sistemas similares (mayoría de votos en circunscripciones uninominales), como en el caso del británico, los legisladores actúan con una enorme libertad en cuanto al sentido de su voto en las distintas iniciativas de ley, así como en su posición frente a los debates y discusiones propios de la actividad parlamentaria; responden más a su conciencia, a los compromisos con sus electores o grupos de seguidores en los distritos, que a una disciplina de partido. Este fenómeno genera un alto grado de identificación de los ciudadanos con sus representantes.
El Partido Demócrata es el heredero del Partido Demócrata-Republicano fundado por Thomas Jefferson y James Madisondurante la presidencia de George Washington (1788). Esta agrupaciónfuela primera en realizar campañas políticas, y en nominar yapoyar a sus seguidores para competir por puestos de elecciónpopular.
No fue sino hasta 1832, en el marco de la nominación de Andrew Jackson a la presidencia _quien se postuló como "demócrata"_, que se instituyó el nombre del partido y se efectuó la primera Convención Nacional. El Partido Demócrata era federalista, es decir, apoyaba una mínima intervención de laFederación y estaba en favor de un gasto federal restrictivo.
El Partido Demócrata gozaba _a diferencia de las otras agrupaciones_ de un alto grado de organización, lo que resultó crucial para lograr el dominio de la escena política norteamericana entre 1828 y 1860. En este lapso obtuvo sin excepción la victoria en las elecciones presidenciales, así como el control del Congreso durante casi 25 años.
Al final de la década de los cincuenta del siglo pasado, los demócratas se vieron enfrascados en una de sus peores luchas al interior de la agrupación. Las opiniones de los miembros del sur y del norte respecto al tema de la esclavitud eran irreconciliables. Los demócratas del sur, que eran la minoría en el partido, controlaban el Congreso y, además, se beneficiaban del sistema para la elección del candidato a la presidencia, que requería el voto de las dos terceras partes de los delegados, lo que, en otras palabras, les deba un derecho de veto sobre el candidato. A pesar de este sistema, que había causado la elección de candidatos poco representativos a la presidencia, el partido no fue capaz de enfrentar las crecientes divisiones.
En 1860, frente a la imposibilidad de llegar al consenso, los demócratas del sur postularon al entonces vicepresidente John Breckenrige, mientras que los demócratas del norte eligieron como su candidato al senador Stephen Douglas. Ninguno de ellos logró la victoria y poco tiempo después comenzó la Guerra Civil.
El conflicto armado melló la organización demócrata sensiblemente. La división entre los miembros del sur, que participaron activamente en el gobierno confederado, así como los intentos de grupos demócratas del norte para negociar la paz, generaron confusión en los electores, que fue aprovechada por sus contendientes para presentar al Partido Demócrata como inconsistente e, incluso, hipócrita.
Los siguientes 60 años fueron sumamente difíciles para los demócratas pues obtuvieron la presidencia sólo en cuatro ocasiones; sin embargo, gozaron de la mayoría en la Cámara de Representantes durante 26 años y durante diez en el Senado.
El segundo periodo de dominio del Partido Demócrata, como ya se señaló, comenzó a raíz de la depresión de finales de losaños veinte y treinta. Bajo la propuesta del New Deal, el candidato a la presidencia por los demócratas, Franklin D. Roosevelt, obtuvo más de 57% del voto popular en las elecciones de 1932. Durante su gestión, Roosevelt aplicó un intenso programa de reformas políticas, económicas y sociales que, favoreciendo la intervención del Estado en tales asuntos, estaba diseñado para detener la crisis y devolver e incluso mejorar el nivel de vida de las clases populares que habían sido fuertemente afectadas por la depresión. El programa resultó exitoso y permitió que los demócratas establecieran coaliciones estrechas con los distintos grupos beneficiados por sus políticas, como los trabajadores, las minorías étnicas y religiosas, así como les permitió contar también con el voto de la juventud. Además, el Partido Demócrata logró conservar su fuerte bastión en el sur.
Bajo el liderazgo de Roosevelt, quien se postuló y obtuvocuatro veces seguidas la presidencia (1932 hasta su muerte en 1945) el partido se transformó para abanderar la intervención del gobierno federal y el aumento del gasto público para financiar la política social.
En efecto, los demócratas mantuvieron la presidencia durante 20 años ininterrumpidamente. Sin embargo, durante esa época existieron fuertes divisiones al interior del partido. Una vez más, el tema de las minorías generaba un fuerte desencanto por parte de los miembros que provenían del sur, quienes estaban en contra de las políticas sociales de Roosevelt.
Después de perder la elección presidencial durante ocho años, en 1960 los demócratas asumieron el control de la Casa Blanca bajo el liderazgo de John F. Kennedy, quien junto con su sucesor, Lyndon B. Johnson, promovió importantes reformas en torno a los derechos civiles. Este tipo de reformas hicieron que, finalmente, los conservadores sureños abandonaran las filas del Partido Demócrata.
A pesar de contar con un dominio casi permanente en el Congreso, el Partido Demócrata retornó por un solo periodo a la Casa Blanca durante los siguientes 24 años. En 1972, James Carter logró obtener la nominación del partido, a pesar de sus pocas ligas con los políticos demócratas de la época. Su imagen de "externo" lo ayudó a alcanzar la victoria en la contiendapresidencial, frente a un electorado desilusionado con la política y los políticos, luego del escándalo Watergate, que causó la renuncia del presidente republicano Richard Nixon.
A partir de 1986 apareció una nueva generación de políticos demócratas moderados, que condujeron a su partido a retomar el control de la Cámara alta durante las elecciones de ese año. Desde entonces, el partido comenzó una recuperación que contribuyó a su fortalecimiento.
En 1992, en medio de la decadencia del modelo neoliberal encabezado por los republicanos, el Partido Demócrata nominó como candidato a la presidencia al entonces gobernador de Arkansas, William Clinton, quien había conducido una importante reforma educativa en el estado más pobre de la Unión. La plataforma electoral demócrata era moderada en lo económico y liberal en lo social, lo que le permitió incrementar el margen de apoyo. Esto, aunado al oficio político del candidato demócrata que pudo superar escándalos sobre su vida privada, les dio la victoria frente al entonces presidente George Bush. El desempeño económico del país permitió a Clinton ser el primer demócrata, desde Franklin D. Roosevelt, en reelegirse, a pesar de que su partido no controla en la actualidad ninguna de las cámaras del Congreso.
El Partido Demócrata es apoyado por los sindicatos, las minorías y los electores urbanos. Tiende a favorecer una mayor intervención del Estado en la economía, en programas de corte social, en la educación, así como en la promoción de garantías para los grupos minoritarios.
Producto del debate entre los partidos y los ciudadanos en tornoa la esclavitud, se fundó en 1845 el Partido Republicano. Dicho organismo aglutinó a distintos miembros de los partidos Demócrata y Whig, entre otros, así como a diversos ciudadanos que se oponían a la Kansas Nebraska Act _que ampliaba la zona en donde se permitía la esclavitud en los nuevos territorios colonizados al oeste de la Unión.
Desde sus inicios, el Partido Republicano gozó del apoyo de sectores amplios de la población en los estados del norte, incluyendo a industriales y comerciantes. Así, a sólo dos años de su fundación, los republicanos aprovecharon las fuertes divisiones al interior del Partido Whig para colocarse en la segunda posición en las elecciones presidenciales de 1847 y obtuvieron, además, la mayoría en la Cámara baja.
Además de su espíritu abolicionista, el partido velaba porlos intereses de los comerciantes e industriales, proponiendo establecer tarifas arancelarias para proteger la producción interna, al tiempo de pronunciarse en favor de los derechos de los colonizadores del oeste.
En la trascendental elección de 1860, los republicanos aprovecharon la profunda división del Partido Demócrata, que había postulado a dos candidatos, para lograr una apretada victoria bajo el liderazgo de su candidato Abraham Lincoln, antiguo militante whig, quien obtuvo la primera magistratura con menos de 38% del voto popular. Su triunfo ocasionó la secesión de los estados del sur y tuvo como consecuencia el inicio de la Guerra Civil. La victoria de lasfuerzas unionistas (de los estados del norte) permitió a los republicanos afianzar su carácter de partido. Además, los republicanos lograron importantes alianzas con los agricultores mediante la aprobación de leyes que otorgaron tierra gratuita en el oeste; con los comerciantes e industriales a través de tarifas comerciales que protegían a los nacionales; con los industriales ferroviarios, facilitándoles tierras; y con los veteranos de la guerra mediante el otorgamiento de pensiones. Así, el partido logró dominar el escenario político-electoral de la Federación por cerca de 75 años.
Durante esta época, los republicanos favorecieron el sistema de libre empresa, reduciendo la intervención del Estado en la economía. Sin embargo, para la década de los veinte las políticas económicas republicanas comenzaron a entrar en crisis. La Gran Depresión de 1929 fue decisiva en el declive del partido que, después de su derrota en las elecciones de 1932, habría de ser derrotado en cuatro elecciones presidenciales consecutivas. Además, tras perder el control de ambas cámaras en ese año, los republicanos solamente lograron el control del Congreso durante cuatro años entre 1932 y 1980.
A pesar de haber logrado la victoria en las elecciones presidenciales de 1952 y 1956, y en las de 1968 y 1972, los republicanos se mantenían como el partido minoritario en el Congreso. Su apoyo ha provenido de los grupos conservadores, de profesionistas, de empresarios y de las clases medias altas y altas.
La recesión económica de los años setenta, así como el mediocre desempeño del gobierno del demócrata James Carter, brindaron una oportunidad para que el Partido Republicano retomara el liderazgo de la escena política estadounidense. Con una plataforma conservadora, el candidato republicano Ronald Reagan obtuvo una apretada victoria en 1980, año en que el partido logró retomar el control de la Cámara alta.
Reagan adoptó una política económica neoliberal y una política social conservadora, que fueron favorecidas por la mayoría de la población, lo que le permitió alcanzar la reelección en 1984. Cuatro años después, el Partido Republicano obtuvo una cómoda victoria, nominando al entonces vicepresidente George Bush.
Para 1992, la llegada de nuevas dificultades económicas, que llevaron al presidente Bush a subir los impuestos, con lo que rompió su promesa electoral al respecto, así como el incremento del poder de los grupos conservadores al interior del Partido Republicano, que fueron poco aceptados por las nuevas generaciones, determinaron su derrota electoral al recibir el nivel de voto más bajo desde 1932.
Sin embargo, el Partido Republicano logró retomar el control del Congreso en 1996, el cual mantiene hasta la fecha, por lo que ha logrado llevar a cabo buena parte de sus políticas económicas y sociales.
Geografía
Área |
9,809,155 km2. |
Capital |
Washington, D.C. |
División política |
Estados Unidos está formado por 50 estados. |
Demografía y sociedad
Población (1996) |
265,284,000 habitantes. |
Población en las principales ciudades (1994) |
Nueva York, 7,333,253; Los Ángeles, 3,448,613; Chicago, 2,731,743; Houston, 1,702,086; Filadelfia, 1,524,249. |
Distribución poblacional por sexo (1990) |
hombres 121,239,418; mujeres 127,470,455. |
Proporción |
0.95 hombres por mujer. |
Tasa anual de natalidad (1995) |
14.8 nacimientos por cada 1,000 habitantes. |
Tasa anual de mortalidad (1995) |
8.8 defunciones por cada 1,000 habitantes. |
Esperanza de vida (1995) |
hombres 72.6 años; mujeres 78.9 años. |
Religión |
cristiana, principalmente. |
Idioma oficial |
inglés. |
Moneda |
dólar americano. |
Inflación (1997) |
0.3% |
Población Económicamente Activa (pea) (1997) |
136,297,000 personas. |
Población desempleada |
6,739,000 personas (4.9%). |
Razas |
blanca 80.29%; negra 12.06%; asiática 2.92%; indios y esquimales 0.79%; otros 3.94%. |
Crecimiento anual del Producto Interno Bruto (pib) |
-4.4% |
Balanza de pagos (1995) |
9,740 millones de dólares |
Exportaciones (productos) |
613,980,000,000 USD |
Exportaciones (servicios) |
234,690,000,000 USD |
Importaciones (productos) |
803,230,000,000 USD |
Importaciones (servicios) |
152,770,000,000 USD |
Balanza Comercial |
-107,340,000,000 USD |
Presupuesto de 1998 |
ingreso 1,566,842 millones de dólares;gasto 1,687,475 millones de dólares. |
Principales socios comerciales |
Canadá, Japón, México, Taiwán, Reino Unido. |
* Fuentes: Para resultados electorales anteriores a 1991 se utilizó el International Almanac of Electoral History, Thomas Mackie y Richard Rouse, Congressional Quarterly, Baltimore, Maryland, 1991. Para los resultados electorales posteriores a 1991 y datos sociodemográficos, véase Encyclopaedia Britannica, Book of the Year, 1992-1998.
Instituciones políticas
Forma de gobierno |
República presidencial federal. |
División de gobierno |
3 poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial. |
Día de Independencia |
4 de julio. |
Principales partidos políticos |
Partido Demócrata, Partido Republicano. |
Sufragio |
Mayores de 18 años de edad. Es universal. |
Resultados de la elección presidencial de 1996
Candidato |
Voto Popular |
Porcentaje de los Votos en el voto popular |
Colegio Electoral |
William Clinton(Partido Demócrata) |
47,401,185 |
49.25 |
379 |
Robert Dole(Partido Republicano) |
39,197,469 |
40.73 |
159 |
Ross Perot(independiente) |
8,085,294 |
08.40 |
0 |
Otros |
1,552,677 |
01.61 |
0 |
Presidentes de la República
Periodo |
Presidente |
Partido Político |
1789-1792 |
George Washington |
|
1792-1796 |
George Washington |
|
1796-1800 |
John Adams |
Federalista |
1800-1804 |
Thomas Jefferson |
Demócrata-Republicano |
1804-1808 |
Thomas Jefferson |
Demócrata-Republicano |
1808-1812 |
James Madison |
Demócrata-Republicano |
1812-1816 |
James Madison |
Demócrata-Republicano |
1816-1820 |
James Monroe |
Demócrata-Republicano |
1820-1824 |
James Monroe |
Demócrata-Republicano |
1824-1828 |
Andrew Jackson |
Demócrata-Republicano |
1828-1832 |
Andrew Jackson |
Demócrata-Republicano |
1832-1836 |
Andrew Jackson |
Demócrata |
1836-1840 |
Martin Van Buren |
Demócrata |
1840-1844 |
William H. Harrison |
Whig |
1844-1848 |
James K. Polk |
Demócrata |
1848-1852 |
Zacary Taylor |
Whig |
1852-1856 |
Franklin Pierce |
Demócrata |
1856-1860 |
James Buchanan |
Demócrata |
1860-1864 |
Abraham Lincoln |
Republicano |
1864-1868 |
Abraham Lincoln |
Republicano |
1868-1872 |
Ulysses S. Grant |
Republicano |
1872-1876 |
Ulysses S. Grant |
Republicano |
1876-1880 |
Rutherford B. Hayes |
Republicano |
1880-1884 |
James A. Garfield |
Republicano |
1884-1888 |
Grover Cleveland |
Demócrata |
1888-1892 |
Benjamin Harrison |
Republicano |
1892-1896 |
Grover Cleveland |
Demócrata |
1896-1900 |
William McKinley |
Republicano |
1900-1904 |
William McKinley |
Republicano |
1904-1908 |
Theodore Roosevelt |
Republicano |
1908-1912 |
William H. Taft |
Republicano |
1912-1916 |
Woodrow Wilson |
Demócrata |
1916-1920 |
Woodrow Wilson |
Demócrata |
1920-1924 |
Warren G. Harding |
Republicano |
1924-1928 |
Calvin Coolidge |
Republicano |
1928-1932 |
Herbert C. Hoover |
Republicano |
1932-1936 |
Franklin D. Roosevelt |
Demócrata |
1936-1940 |
Franklin D. Roosevelt |
Demócrata |
1940-1944 |
Franklin D. Roosevelt |
Demócrata |
1944-1945 |
Franklin D. Roosevelt |
Demócrata |
1945-1952 |
Harry S. Truman |
Demócrata |
1952-1956 |
Dwight D. Eisenhower |
Republicano |
1956-1960 |
Dwight D. Eisenhower |
Republicano |
1960-1964 |
John F. Kennedy |
Demócrata |
1964-1968 |
Lyndon B. Johnson |
Demócrata |
1968-1972 |
Richard M. Nixon |
Republicano |
1972-1976 |
Richard M. Nixon |
Republicano |
1976-1980 |
James Carter |
Demócrata |
1980-1984 |
Ronald Reagan |
Republicano |
1984-1988 |
Ronald Reagan |
Republicano |
1988-1992 |
George Bush |
Republicano |
1992-1996 |
William J. Clinton |
Demócrata |
1996-2000 |
William J. Clinton |
Demócrata |
Aguirre, Pedro, et al., Sistemas políticos, partidos y elecciones; estudios comparados, Nuevo Horizonte, México, D.F., 2a. ed., 1997.
Allen, Thomas B., CNN Guide to the 1992 Election, Turner Publishing Inc., Atlanta, 1992.
Bibby, John F., Politics, Parties, and Elections in America, Nelson-Hall Publishers, Chicago, 1992.
Clinton, Bill y Albert Gore, Putting People First, Times Books, Washington, D.C., 1992.
Congressional Quarterly, National Party Conventions, Congressional Quarterly, Washington, D.C., 1991.
Congressional Quarterly, Presidential Elections Since 1789, Congressional Quarterly, Washington, D.C., 5a. ed., 1991.
Israel, Fred L., Student´s Atlas of American Presidential Elections, Washington, D.C., Congressional Quarterly Inc., 1997.
Kleppner, Paul, et al., The Evolution of American Electoral Systems, Greenwood Press, Westport, 1981.
Misel, L. Sandy, Parties and Elections in America: The Electoral Process, Random House, Nueva York, 1987.
Polakof, Keith Ian, Political Parties in American History, John Wiley & Sons, Nueva York, 1981.
Reichley, James A., The Life of the Parties: History of American Political Parties, The Free Press (MacMillan), Nueva York, 1992.
Reitman, Alan y Robert B. Davidson, The Election Process: Law of Public Elections and Election Campaigns, Oceana Publications Inc., Dobbs Ferry, 1980.
Rutland, Robert Allen, The Republicans: From Lincoln to Bush, University of Missouri Press, Londres, 1996.
___, The Democrats: From Jefferson to Clinton, University of Missouri Press, Londres, 1996.
Watson, Richard A., The Presidential Contest, Congressional Quarterly Press, Washington, D.C., 3a. ed., 1988.