México D.F. ,a 28 de Agosto de 2015
VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA INTERVENCIÓN DEL CONSEJERO PRESIDENTE DEL INSTITUTO NACIONAL ELECTORAL, LORENZO CÓRDOVA VIANELLO, EN EL PUNTO 12 DE LA SESIÓN ORDINARIA, CORRESPONDIENTE A ASUNTOS GENERALES
Permítanme
hacer uso de la misma de manera muy breve, pero la duración de mi intervención
será inversamente proporcional al
agradecimiento a todos los que el día de hoy, participan por última
ocasión digamos al menos en esta etapa, porque hay quienes como el Diputado
Roldán han regresado.
Pero
en ese sentido, solamente reconocer, que más allá de la intensidad que supone
en un órgano que tiene la función de arbitrar la política y de la natural
intensidad que conlleva la confrontación política durante los procesos
electorales, traída a una mesa como esta, creo y estoy convencido que la
construcción de los acuerdos, buenos o malos que sean, finalmente implica un
compromiso colectivo, con las reglas esenciales de la democracia que no pasan
por la homogeneidad o por la unanimidad del pensamiento, sino por la
construcción a partir de la defensa de los legítimos diversos puntos de vista
que cada quien encarna, que cada quien abandera, en el proceso de la toma de
las decisiones.
Insisto,
las decisiones de este órgano nunca son definitivas, siempre, todas y cada una
de las decisiones son sujetas a revisión. Pero la construcción, con
independencia de que en esta mesa haya quienes tenemos además una
responsabilidad, además intervenir, además de participar, además de discutir,
tenemos la responsabilidad Constitucional de votar, para tomar las decisiones.
Estoy
convencido de que las mismas siempre se han enriquecido y se han
retroalimentado del debate y de la discusión, lo que diferencia los regímenes
democráticos de otras formas de gobierno, lo que diferencia a las instancias
democráticas de otras instancias que no lo son, es, precisamente la discusión y
el debate que tiene que anteceder a todas y cada una de las decisiones.
Hay
decisiones que podemos no compartir, hay decisiones que hemos acompañado
colegiadamente, comúnmente quienes votamos y también quienes no lo hacen, las
representaciones de los partidos políticos y del Poder Legislativo. Creo que
todos y cada uno de nosotros, desde las distintas trincheras en las que nos
colocamos en aras de consolidar, paulatinamente, esto que es una apuesta
histórica de la sociedad mexicana, que es precisamente la de ir construyendo
día a día, un régimen democrático cada vez más sólido.