Modalidades de votación: presencial y remota. Experiencias nacionales
Consulte el video completo de esta mesa mediante los servidores del IFE. (Requiere RealPlayer) |
En esta mesa se presentaron diversas tecnologías de información y comunicación implementadas en el ámbito electoral de México, con énfasis en la recepción de la votación en el día de la jornada electoral. El objetivo de esta mesa fue conocer la experiencia legal y tecnológica en las entidades federativas que han implementado el voto electrónico con efectos vinculantes.
En 2003, Coahuila fue el primer estado que desarrolló un prototipo de urna electrónica. Luego se sumaron Jalisco y el Distrito Federal. Esta última entidad ya implementó el voto por internet para el voto desde el extranjero en las pasadas elecciones de 2012.
Esta mesa fue una oportunidad para conocer la experiencia mexicana en el uso de voto electrónico y el contexto político y social bajo el cual se ha implementado.
El Ing. Carlos Arredondo Sibaja, consejero electoral del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana del Estado de Coahuila (IEPCC), presentó la experiencia de ese instituto en el desarrollo y uso de la primera urna electrónica en México.
El Ing. Arredondo propuso que previo a la implementación de alguna modalidad de votación electrónica son necesarias dos condiciones: determinar qué problemas se buscan resolver y establecer un amplio consenso con todos los partidos políticos.
Coahuila fue la primera entidad federativa en implementar el uso de la votación electrónica en México. A la fecha, se han llevado a cabo tres ejercicios vinculantes (2005, 2008 y 2009). En estas elecciones los dispositivos de votación electrónica han recibido poco más de 63 mil votos.
La experiencia en esa entidad demostró que es necesario establecer un consenso con todos los partidos políticos previo a cada proceso electoral, a partir del supuesto de que todos los partidos tienen derecho de veto a la legislación en el cambio del mecanismo de votación.
En 2009 enfrentaron el primer reto de confianza pues, en el municipio de San Buenaventura, varios partidos políticos antes de la elección denunciaron públicamente la existencia de fraude y la votación se tuvo que realizar con boletas de papel. Desde entonces no se ha empleado nuevamente la urna electrónica en Coahuila.
En cuanto a la utilidad de la votación electrónica, se mencionó que ésta no sirve para mejorar la confianza de los ciudadanos en los resultados de las elecciones pues los ciudadanos confían tanto en el instrumento electrónico como en la boleta de papel. Asimismo, la participación ciudadana no aumentó con el empleo de la urna electrónica; a partir de los estudios del Instituto, se detectó que los ciudadanos no sienten curiosidad por el uso de la urna electrónica.
No obstante, en el caso de Coahuila, se obtuvieron ventajas al facilitar el escrutinio y cómputo, al eliminar los errores aritméticos y en la apreciación de los votos nulos, lo que se agilizó el cierre de la casilla, la recepción de los resultados y la publicación de los mismos. Finalmente se logró reducir las polémicas y los litigios postelectorales.
El Ing. Carlos Arredondo concluyó que es necesario definir claramente los alcances y límites del voto electrónico ya que no se le puede pedir más que al voto en papel, pues no es un instrumento que ayude a consolidar la confianza en los procesos electorales y ningún instrumento de votación es el que dará confianza a los comicios, sino que ésta depende de la calidad de los partidos políticos, de los gobiernos y de las autoridades.
El Lic. Mauricio Rodríguez Alonso [ PDF, 4.96 MB], consejero electoral del Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF), presentó la experiencia de ese instituto en la implementación del voto electrónico y del voto por Internet.
El Lic. Rodríguez planteó su presentación a partir de la premisa de que la tecnología es válida si se abaten las formalidades esenciales del sufragio, es decir si se reducen los costos de los procesos electorales y si se mejoran las elecciones. No obstante, hay un importante reto cultural relacionado con el voto electrónico, particularmente por la desconfianza y la descalificación de los partidos políticos que argumentan que el voto electrónico facilita el fraude y las prácticas clientelares.
La tecnología es un tema obligado en la revisión del marco legal electoral y la experiencia de los órganos locales contribuye a la discusión para conocer cuáles prácticas funcionan y cuáles no en la implementación del voto electrónico a nivel nacional. En el Distrito Federal, en 2003 iniciaron las pruebas piloto para la votación electrónica pero fue hasta los procesos electorales 2008-2009 y 2011-2012, además de los procesos de participación ciudadana, cuando se pudo implementar la modalidad electrónica de manera vinculante.
Para las elecciones de Jefe de Gobierno en 2012, se implementó el voto por internet para sufragar desde el extranjero. La primera reacción fue la descalificación y los partidos políticos impugnaron esta decisión, pues, a su parecer, existía incertidumbre sobre quien votara fuera el titular del derecho. El Tribunal Electoral determinó que la Constitución no establece que el voto se realice de manera presencial ni que existan situaciones especiales, como la de los votantes residentes en el extranjero, por lo que fue posible el voto por internet en ese proceso electoral.
El expositor señaló que el voto electrónico no es inmune a las prácticas clientelares y no resuelve los problemas de la votación presencial. Además, es difícil que el ciudadano entienda el proceso que hay detrás del voto electrónico, por lo que es necesario explicar adecuadamente el proceso.
Finalmente, el voto electrónico enfrenta el reto de superar las descalificaciones de los partidos políticos y empezar a verse como un medio natural para ejercer el derecho al sufragio. Los partidos políticos tienen desconfianza del voto electrónico debido a las prácticas clientelares de los propios partidos; sin embargo, el ponente considera que el medio electrónico es confiable, pues incluso se realizan transacciones bancarias en línea de manera segura y confiable.
El voto electrónico no resuelve los problemas del voto presencial, pues no revierte las prácticas clientelares y fraudulentas, más allá de los recursos de seguridad que se establezcan. Es necesario establecer mecanismos para asegurar que el titular del derecho sea el que ejerza efectivamente su voto.
El Mtro. José Tomás Figueroa Padilla [ PDF, 44 MB], Consejero Presidente del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana del Estado de Jalisco (IEPCJ), presentó la experiencia de ese instituto en la implementación del voto electrónico.
El voto electrónico es un método rápido, sencillo y seguro para ejercer el derecho al sufragio que surge de la necesidad de facilitar los procedimientos de escrutinio y cómputo de los resultados en las casillas.
El sistema electrónico surge producto de la complejidad del procedimiento de escrutinio y cómputo así como del llenado de las actas, las cuales contenían errores. El objetivo fue desarrollar un sistema electrónico que otorgara certeza al elector en la emisión del voto y claridad en la intención del mismo.
El IEPC Jalisco partió de la experiencia de Coahuila y, en colaboración entre ambos institutos, elaboraron un dictamen para la utilización de los instrumentos electrónicos en la votación. En 2008 se llevó a cabo la primera prueba piloto en la entidad y, como producto de la misma, se estableció en la legislación local la posibilidad del uso de herramientas tecnológicas en ejercicios electorales, siempre y cuando cumplieran con cinco condiciones: mostrar los nombres de los candidatos, registrar el número total de los votantes, registrar los votos que cada candidato obtuviera, instalar las máquinas en lugares visibles y accesibles, y que su uso fuera sencillo. Las decisiones sobre el diseño y el desarrollo de los instrumentos quedaron en manos del instituto electoral.
En el proceso electoral 2007-2008 se desarrolló el primer prototipo de urna electrónica con un sistema híbrido como paso intermedio al voto totalmente electrónico y, en 2009, se llevó a cabo el primer proceso electoral con urna electrónica de carácter vinculante en tres municipios de la entidad. La urna emitía un respaldo del voto en papel para poder realizar un recuento manual en caso de que se impugnaran los resultados.
Para 2012, en el ejercicio electrónico se presentaron sólo 70 impugnaciones, mientras que con el voto en papel se llegaron a presentar alrededor de 3,300, además de que el 95% de los votantes que emplearon la urna electrónica pensaba que el proceso era más sencillo y seguro.
Una de las principales ventajas del voto electrónico es que se gana inmediatez en los resultados, pues, mientras se realiza el cierre de la casilla, los resultados son transmitidos a los servidores centrales del Instituto. Tener resultados de manera inmediata inhibe conductas antidemocráticas al momento de generar resultados. Esto es una ventaja en los procesos electorales altamente competitivos.
Es de resaltar que el uso de la urna electrónica resultó más sencillo para comunidades Huicholes de Jalisco que el voto en papel, puesto que no existe la barrera del lenguaje con el empleo de la urna electrónica tanto para la emisión del voto como para el llenado de las actas.
La implementación del voto electrónico trae enormes ventajas pues es un método rápido, sencillo y seguro que facilita el cómputo de los votos y que permite que los resultados electorales sean recibidos de manera inmediata, lo cual abona a la certeza y a la confianza en los resultados electorales, siempre y cuando las autoridades y los partidos políticos tengan la voluntad de adoptar dicho sistema.
Las experiencias de Coahuila, Distrito Federal y Jalisco en la implementación del voto electrónico, sin duda, son una fuente indispensable al momento de analizar la viabilidad de utilizar esta modalidad de votación para elecciones federales, pues no sólo permiten conocer el proceso de modificación legal, sino las áreas de oportunidad en el diseño, producción y operación de las máquinas de votación.
Implementar el voto electrónico en elecciones federales debe ser un proyecto conjunto entre la autoridad electoral, los partidos políticos y la ciudadanía.