Coordinación Nacional de Comunicación Social

Número: 061

México D.F. ,a 01 de Marzo de 2015

Carta abierta a 10 Partidos Políticos.

Carta abierta a 10 Partidos Políticos.

Lorenzo Córdova Vianello*

 

En el momento que tomo la pluma para dirigirme a ustedes (nuestras diez formaciones políticas nacionales), en el Estado de Guerrero hay cerca de dos mil hombres y mujeres desempeñándose como capacitadores del INE recorriendo calles, localizando y conversando con los ciudadanos, haciendo lo posible para que se animen a cuidar el voto de sus vecinos, como funcionarios de casilla, el primer domingo de junio.

Por desgracia ese hecho es extraordinario. Se convirtió en extraordinario. Ocurre en un territorio agraviado, donde sucedieron cosas que han estremecido a México y a todo el mundo y que, para mayor desgracia, ha coagulado como argumento para llamar a impedir las elecciones. Ni siquiera en el convulso año de 1994, con la sombra de la violencia política amenazando al país, fue cuestionada la vía electoral como el mecanismo legítimo para que los ciudadanos renovaran los poderes públicos.

            Es un dato real que no puedo dejar de decir. Un episodio traumático que atentó contra nuestros jóvenes más pobres, que junto con otros tantos problemas en muchos órdenes (de seguridad, económicos, institucionales) han producido el escenario social más delicado y convulso en muchos años.

            Por eso he insistido: no estamos en un momento cualquiera, esta coyuntura exige la mayor responsabilidad y la mayor seriedad de los actores que quieren que México sea –que siga siendo- una nación democrática. 

            O para decirlo de otro modo: el proceso electoral es uno de los muy pocos elementos que pueden producir confianza, participación amplia e inyectar aire fresco en la sociedad mexicana. El proceso electoral es parte de la solución a nuestras crisis, una oportunidad para discutir y decidir el país que aspiramos y queremos ser; una vía hacia un futuro menos ominoso.

            Que las elecciones sean parte de la solución depende de nosotros, las autoridades electorales, pero también de manera muy importante, de los partidos políticos.

            Y es aquí donde debo detenerme. No tiene ningún sentido institucional ni político, negar la importancia de que siete partidos políticos han abandonado la herradura del Consejo General. Es un hecho que lamento y que he intentado resolver desde el primer minuto en que decidieron abandonar las sesiones. No sólo porque estoy obligado legalmente a preservar la unidad del Consejo, sino porqué su presencia es necesaria para la discusión, para equilibrar los acuerdos y sobre todo, para constatar y verificar que el entramado electoral está bien hecho.

 

            Sostengo que el principal trabajo de la autoridad electoral es generar los consensos en torno a cada pieza, a cada eslabón de la elección. Por eso importa tanto su revisión y su presencia: no hay mejores ni más eficaces testigos y fiscales del proceso, que los partidos mismos.  

            Como todos saben, en el INE todo está a discusión, a evaluación, incluso a impugnación, y los partidos cuentan con todas las garantías materiales y legales para ello.

La semana pasada, conocimos los 15 puntos que resumen el malestar de los partidos que abandonaron el Consejo y creo que todos, absolutamente todos, pueden ser atendidos y aclarados con la misma mecánica, en los circuitos internos de la institución, comenzando con la mesa del Consejo General.

              Hoy mismo tenemos la respuesta a una de sus principales inquietudes, respuesta que venía siendo madurada desde hace semanas: renovar la Unidad de Fiscalización. Ahora, ponemos a consideración una propuesta que creo, es sobresaliente y de consenso. Todos los demás asuntos pueden encontrar el mismo cauce: deliberando, acercando posiciones, buscando en lo posible el consenso en torno al piso electoral.   

            Convoco a todos ustedes, los partidos, a los tres que permanecen y a los siete que se retiraron, a renovar el compromiso democrático. A revisar y atenernos estrictamente a la ley. Aceptar los errores y corregir anomalías lo más pronto posible. Los convoco a mandar una señal de concordia, justo en estos tiempos difíciles de irritación y desconfianza. Sólo a las corrientes más antidemocráticas, conviene la interrupción del diálogo y de los trabajos en el INE. 

Estoy convencido que restablecer la plenitud del Consejo es nuestra mutua obligación. Todos los Consejeros vamos a redoblar esfuerzos para que así sea. Los convoco a una conversación abierta (todo lo franca que sea posible y todo lo ríspida que sea necesaria) pero que necesita hoy más que nunca, nuestro pluralismo y la confianza en el futuro político y pacífico de nuestra nación.  

 



* Consejero Presidente del INE.

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